El presidente de EEUU, Barack Obama, llegó a Misisipi en una nueva gira por ese estado y los de Alabama y Florida afectados por el vertido de crudo, un desastre que comparó al 11 de septiembre de 2001 por considerar que cambiará la forma de pensar en el medio ambiente y la energía.

Obama declaró a la revista Politico que el derrame de crudo en el golfo de México desde el pasado 20 de abril tendrá un impacto psicológico similar al de los atentados del 11-S en Nueva York y Washington, que causaron unos 3.000 muertos.

"Al igual que nuestra percepción de los puntos débiles de nuestra política exterior fue moldeada profundamente por el 11-S creo que este desastre cambiará la forma en la que pensamos sobre el medio ambiente y la energía durante muchos años", dijo Obama en declaraciones que publicó la revista el domingo.

La de hoy es la cuarta visita del presidente estadounidense a los estados con costas en el golfo de México desde que comenzó el derrame tras la explosión y posterior hundimiento de una plataforma de exploración petrolífera operada por British Petroleum (BP).

Obama hizo la primera parada del día en la localidad de Biloxi, en Misisipi, donde recibió información sobre el vertido del comandante de la Guardia costera Thad Allen.

Su agenda de dos días en el golfo incluye también una reunión con residentes del área de Biloxi, así como una visita al estado de Alabama.

Tras su paso por Alabama viajará a Pensacola, en Florida, a donde llegará a última hora del día.

La indignación popular con el peor desastre ecológico en la historia de EEUU ha llevado a la Casa Blanca a reforzar la presión sobre BP para que frene un derrame con consecuencias catastróficas para la economía y el medio ambiente de los estados afectados.

La multinacional británica hizo público hoy un nuevo plan con el que espera incrementar de forma significativa la recogida de crudo que ahora contamina las aguas del golfo de México.

La compañía afirmó que podría aumentar la cantidad de crudo que captura desde los 15.000 barriles actuales a entre 40.000 y 53.000 barriles para finales de mes.

Esa cantidad podría incrementarse a entre 60.000 y 80.000 barriles para mediados de julio, según la petrolera británica.

El Gobierno de Obama envió una carta el viernes a los responsables de la petrolera en la que le daba un plazo de 48 horas para diseñar un plan más drástico para contener el derrame.

Un comunicado de BP explicó que la empresa, que ya ha gastado 1.600 millones de dólares en la contención del vertido, empezará a recoger petróleo y gas en un barco mediante una tubería separada en pocos días.

Hacia finales de junio empezará sus operaciones un sistema "más permanente y flexible" con tuberías flotantes, y "se desarrollan planes para mejorar estos sistemas y también para ampliar las opciones que provean una capacidad y flexibilidad de contención adicional de acuerdo con lo requerido por la Guardia Costera de EEUU", agregó el comunicado de BP.

Está previsto que Obama exija a los máximos directivos de BP, con los que se reunirá este miércoles, la creación de un fondo gestionado por un ente independiente para indemnizar por los daños del derrame.

Funcionarios del Gobierno informaron el domingo de que esperan que BP aporte una cantidad sustancial al fondo para cubrir las demandas por daños relacionados con el vertido de crudo.

El presidente Obama pretende, además, pronunciar un discurso sobre el derrame tras su regreso de las costas del golfo de México el martes por la noche, cuando se dirigirá a la nación en horario de máxima audiencia.