Rusia no enviará fuerzas de paz a Kirguistán, según afirmó este martes el enviado ruso de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Anvar Azimov, que señaló que "una medida semejante sería injustificada, ya que estamos hablando de un conflicto interno".

Al menos 170 personas han muerto en el sur de esta república centroasiática en cinco días de violencia étnica entre grupos de kirguises y uzbekos. Decenas de miles de personas, que suponen casi la mitad de la población de la zona, han huido a Uzbekistán.

Azimov señaló que ya han sido enviados soldados adicionales a Kirguistán para reforzar la seguridad de los nacionales rusos y sus familias en la base militar de Kant, a unos 20 kilómetros de la capital, Bishkek.

La presidenta interina de Kirguistán, Rosa Otunbayeva, pidió a Rusia la semana pasada que envíe fuerzas de paz para detener la violencia, alegando que la situación estaba "fuera de control", informa la agencia rusa RIA Novosti.

La Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) decidió en una reunión de emergencia celebrada ayer en Moscú no enviar soldados pero sí dar ayuda logística. Mientras, el Gobierno interino ha impuesto el estado de emergencia en Osh y Jalalabad y ha permitido a la Policía y soldados disparar a matar para sofocar los disturbios. Las autoridades también han emitido un decreto por el que el Ministerio de Defensa puede llamar a los reservistas que tengan menos de 50 años para normalizar la situación y restaurar la ley y el orden.