Al menos 41 personas han muerto en Brasil a consecuencia de las inundaciones causadas por las fuertes lluvias que en los últimos días hananegado los estados brasileños de Pernambuco y Alagoas (noreste), que además han provocado más de mil desaparecidos y dejaron a al menos 150.000 personas sin hogar, informan las autoridades brasileñas en su último balance hecho público ayer.

El Gobierno regional de Alagoa confirmó 26 fallecimientos y su mandatario, Teotonio Vilela Filho dijo que el número de desaparecidos supera el millar. "Rezamos para que estén con vida, pero estamos muy preocupados porque los cuerpos ya comienzan a aparecer en las playas y en los ríos", dijo el gobernador de Alagoas

El estado de Alagoas es, junto al de Pernambuco, uno de los más afectados. Hasta el momento, las lluvias han destruido unas 40.000 casas, además de puentes, carreteras y vías férreas de 22 municipios estatales, en 15 de los cuales se ha decretado el estado de emergencia, según el gobernador Vilela Filho. "Todos los ríos de Pernambuco fluyen hacia Alagoas. Los torrentes devastarán las ciudades", aseguró.

Las autoridades estiman que el número total de afectados por las inundaciones en Alagaos podría ascender a 177.000 personas, 73.000 de las cuales están desplazadas de sus hogares.

Mientras tanto, el Gobierno regional de Pernambuco confirmó ayer el fallecimiento de 13 personas. En este estado las lluvias han provocado el desbordamiento de la presa del Buen Consejo y del cauce del río Mundao, que han afectado seriamente a seis localidades de la región, informó el diario brasileño O Globo. Además, se declaró el estado de emergencia en un total de 53 municipios y más de 42.000 habitantes tuvieron que dejar sus casas, de las que 18.000 fueron acogidas en refugios públicos, según Protección Civil.

El Gobierno promete ayudas

Las zonas más perjudicadas fueron Uniao dos Palmares y Barreiros, donde cientos de casas quedaron sumergidas bajo las aguas y muchos de sus habitantes tuvieron que ser evacuados en helicóptero. En Uniao dos Palmares, con cerca de 62.000 habitantes, 9.000 tuvieron que abandonar sus viviendas por la subida de las aguas del río Mundao y medio millar aún no han sido localizadas por sus familiares.

Las Fuerzas Armadas, que ayudan desde el final de la semana pasada en las tareas de rescate con varios helicópteros, montaron dos hospitales de campaña en la región.

El Gobierno federal anunció la noche del lunes la liberación inmediata de 25 millones de reales (unos 12 millones de euros) para ayudar a los damnificados, en tanto que la Compañía Nacional de Abastecimiento envió 20.000 canastas básicas de alimentos, mantas y otros efectos de supervivencia.

El presidente de la república, Luis Inázio Lula da Silva se reunió ayer con los ministros que integran el llamado gabinete de crisis para determinar la ayuda del Gobierno federal en los rescates y para los damnificados.

Según el gobernador de Alagoas, lo más urgente es el envío de agua y alimentos, así como de técnicos que puedan restablecer el suministro de energía eléctrica.

Lo más grave es que los servicios de meteorología brasileños pronostican que, después de la pausa de las lluvias el domingo y el lunes, se prevén nuevas lluvias a partir de este miércoles y durante varios días.