Las muestras de saliva tomadas a 39 familiares del líder nazi Adolf Hitler parecen demostrar que pudo haber tenido lazos biológicos con las razas que él consideraba inferiores y que trató de exterminar durante el Holocausto, según ha desvelado en su último número el semanario belga Knack bajo el título "¿Hitler era un bereber?" El periodista belga Jean-Paul Mulders y el historiador Marc Vermeeren han conseguido localizar a varios familiares del líder nacionalsocialista, incluyendo a uno de sus primos, un campesino austriaco, a los que se les han tomado muestras del ADN.

El resultado de los análisis ha demostrado, según el semanario, que tienen un cromosoma muy poco frecuente en Europa Occidental y que, sin embargo, se encuentra fácilmente en los habitantes originarios de Marruecos, Argelia y Túnez, así como en los judíos. "A partir de este supuesto se puede concluir que Hitler estaba relacionado con personas a las que él despreciaba", ha escrito Mulders en la revista belga, que ha desvelado la investigación.

"Se trata de un resultado sorprendente", ha comentado Ronny Decorte, especialista en genética de la Universidad de Lovaina. "Los resultados son increíbles, si se tiene en cuenta la concepción del mundo de los nazis, en los que la raza y la sangre tenían un papel fundamental". "La preocupación de Hitler por sus orígenes estaba justificada. Los análisis demuestran que él tampoco era un ario puro".

No es la primera vez que los historiadores sugieren que Hitler tenía ascendencia judía. Ya se había apuntado que el doctor Walter C. Langer, un psicólogo al servicio, simultáneamente, del Tercer Reich y la OSS estadounidense (organización precursora de la CIA), comunicó la existencia de un informe secreto policial anterior a la guerra en el que se decía que el padre de Hitler era hijo ilegítimo de Maria Anna Schicklgruber, cocinera al servicio del barón Rothschild en Viena.

Al conocer su embarazo, en 1837, abandonó Viena dando a luz a Alois, el nombre registrado para el padre de Hitler. Al parecer cinco años después se casaría con un panadero de nombre Johann Georg Hiedler. Sin embargo, Alois conservó el apellido de su madre, Schicklgruber, casi hasta los cuarenta años, momento en que su tío Johann le ofreció legitimar su apellido. A merced de la escritura ilegible del párroco encargado del registro de nacimientos, Hiedler, se convirtió, intencionadamente o no, en Hitler.