La metalúrgica húngara MAL, dueña de la planta de aluminio en que se originó el vertido de lodo tóxico, ofreció hoy sus condolencias a las víctimas y prometió aliviar los daños.

En un comunicado enviado a la agencia húngara MTI, la empresa se mostró de acuerdo con el gobierno en que todos los implicados en la tragedia deben pagar indemnizaciones por los daños causados en la medida de su responsabilidad.

El accidente causó la muerte de 7 personas y unos 150 heridos y ha sido calificado como el mayor desastre medioambiental sufrido en el país. En un primer momento, MAL aseguró que el lodo vertido no era dañino para la salud.

La dirección de la empresa, tanto como sus trabajadores, "expresan ahora sus penas" a todos los afectados y familiares de la catástrofe y harán "esfuerzos máximos para aliviar los daños", asegura el documento.

Por otra parte, afirma que cooperará con las autoridades para normalizar la situación en la región.

El lunes pasado, una rotura de la represa de MAL vertió 1 millón de metros cúbicos de un alcalino "barro rojo", lleno de materiales tóxicos y metales pesados, que se desparramaron a lo largo de 40 kilómetros devastando pueblos enteros.

El jefe del Gobierno magiar, Viktor Orbán, informó el sábado de que se ha abierto una investigación y prometió que "las consecuencias (para los responsables serán muy graves".