Los muertos por el vertido tóxico en el oeste de Hungría han aumentado hoy a ocho, después de que los equipos de rescate encontraran el cuerpo de la última persona desaparecida.

El cuerpo de la octava víctima mortal fue hallado en el lodo entre las localidades de Devecser y Kolontar, informó a Efe la portavoz de Protección Civil, Györgyi Tüttös.

La rotura de una balsa de acumulación de residuos tóxicos de una fábrica de aluminio hace una semana ha provocado ocho muertos, alrededor de 150 heridos y cientos de evacuados, mientras que el área contaminada por los metales pesados es de unos 40 kilómetros cuadrados.

Las autoridades están inmersas en un trabajo contrarreloj para terminar un dique de contención ante el previsible derrumbe del muro norte de la balsa siniestrada.

Con una longitud de 1.500 metros, cinco de altura y 25 de anchura, esta obra tratará de contener que el nuevo vertido arrase la ya evacuada localidad de Kolontar.

Por su parte, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, informó hoy de la detención de Zoltán Bakonyi, director general de la empresa de aluminio MAL, propietaria de la balsa que originó el vertido.

En un discurso ante el Parlamento, el jefe de Gobierno anunció que se creará el cargo de "Comisario de Defensa para Catástrofes", responsable de "supervisar, dirigir y manejar" los bienes de MAL.