El secretario de Estado francés de Transportes, Dominique Bussereau, descartó hoy riesgos de desabastecimiento en los aeropuertos franceses, en particular en el de Roissy-Charles de Gaulle, el mayor del país, que tuvo problemas de suministro por la huelga contra el retraso de la jubilación.

"Roissy está perfectamente abastecido por un oleoducto en el que hemos vuelto a poner queroseno. No hay ningún problema. Podemos abastecerlo de forma permanente y por una duración indeterminada", aseguró Bussereau a la radio "Europe 1".

El suministro de combustible al mayor aeropuerto de Francia se restableció ayer, sábado, tras haber permanecido varios días cortado por la acción de los sindicalistas dentro de las protestas contra el retraso de la edad mínima de jubilación de 60 a 62 años y de 65 a 67 para cobrar la pensión completa.

Antes de la reapertura, el Gobierno había asegurado que el aeropuerto sólo tenía combustible para 48 horas, lo que disparó las alarmas por un riesgo de escasez.

Bussereau envió un mensaje de tranquilidad, aunque reconoció que el combustible que están suministrando al aeropuerto procede de los almacenes de reserva, ya que las doce refinerías del país están paralizadas por los sindicalistas.

El responsable de Transportes indicó que, como medida de precaución, han pedido a las aerolíneas que, dentro de lo posible, llenen los depósitos de sus aviones en otros aeropuertos.

En cuanto al resto de los aeropuertos del país, Bussereau dijo que puede haber problemas de abastecimiento en algunos, como en Niza o en Nantes, pero indicó que el Gobierno ha previsto soluciones para evitarlos.

El secretario de Estado envió también un mensaje a los consumidores para que no hagan acopio innecesario de carburantes, porque eso genera más problemas de abastecimiento que la propia huelga.

Señaló que apenas 200 estaciones de servicio tuvieron que cerrar por falta de producto y aseguró que se debió a la afluencia masiva de clientes para llenar los depósitos de sus vehículos temerosos de una escasez de combustibles.

"En la mayoría de los casos, los propios automovilistas vaciaron las gasolineras al llenar sus depósitos por precaución", indicó Bussereau, que recordó que el consumo de combustibles creció un 50 por ciento la pasada semana.