El Parlamento Europeo adoptó ayer el presupuesto de la Unión Europea para 2011 y, por primera vez, lo mantuvo dentro de los techos propuestos por la Comisión Europea, pero a cambio exigió un compromiso dirigido a dotar a la UE de sus propios ingresos. El PE aprobó ayer un presupuesto que asciende a unos 130.000 millones de euros en créditos de pago -aquellos que se abonarán el próximo año- y a 143.000 millones en el total de créditos de compromiso, lo que supone un alza del 0,8% respecto al ejercicio de 2010.

En la mayoría de las partidas, los eurodiputados recuperaron las cantidades planteadas inicialmente por el Ejecutivo comunitario, tras los recortes adoptados por los gobiernos, con los que ahora debe pactar.

Para los grupos conservador, socialista, liberal y verde "la Unión Europea debe desempeñar su parte y no pedir aumentos presupuestarios poco razonables". Las principales modificaciones aprobadas por los diputados buscan reforzar la inversión en investigación, innovación, educación y energía. Además, entre otros puntos concretos, aumentan el apoyo para los territorios palestinos en 100 millones de euros.

A cambio, los eurodiputados exigen un debate abierto de cara a la financiación futura de la UE y una importante ampliación de los recursos propios de la UE, que actualmente se limitan a una pequeña parte del IVA que recaudan los países y a ciertos impuestos aduaneros a productos que entran en los Veintisiete. Entre las posibilidades que se barajan figura la de una tasa a las emisiones de dióxido de carbono o a las transacciones financieras, un impuesto sobre el transporte aéreo o incluso un "IVA europeo".