El presidente estadounidense, Barack Obama, se mostró ayer dispuesto a modificar la política de su país hacia Cuba siempre y cuando quede patente "la seriedad" del gobierno de Raúl Castro en su deseo de llevar a cabo reformas en la isla, si bien por el momento no considera que se hayan producido suficientes cambios como para que esto ocurra.

"Mi actitud sobre Cuba es que queremos continuar explorando las posibilidades de cambiar las relaciones" entre los dos países, explicó Obama en una reunión con periodistas hispanos en la Casa Blanca. "Pero antes de que demos más pasos queremos ver que el régimen de Castro es serio sobre diferentes formas de abordar la situación", precisó. En este sentido, dijo que Washington espera que Cuba libere a más presos políticos y haga cambios económicos y consideró que las recientes liberaciones de disidentes -la mayoría de los cuales se han trasladado a España- y los anuncios de apertura económica limitada son medidas temporales que no responden a una visión a largo plazo.

Por otra parte, Obama también habló sobre el interés en mejorar las relaciones con Venezuela y observó que, si bien Caracas tiene derecho a crear energía nuclear para fines pacíficos, está en la obligación de no producir armas nucleares. "No estamos interesados en aumentar la fricción entre EE UU y Venezuela, y entre sus vecinos en la región", dijo.