El presidente francés, Nicolas Sarkozy, aseguró hoy que habrá mano dura con los violentos que han provocado incidentes en las manifestaciones contra la reforma de las pensiones y contra los que están bloqueando el transporte de carburantes. El presidente insistió en su intención de reformar las pensiones para "no dejar a los jóvenes la deuda acumulada" de su generación.

"Serán arrestados y castigados (...) sin ninguna duda. En nuestra democracia hay muchas formas de expresarse, pero la violencia más cobarde, más gratuita, ésa no es aceptable", aseguró el presidente en Bonneval, en el centro del país, donde participó en una mesa redonda con ciudadanos locales.

Visiblemente molesto con los enfrentamientos entre jóvenes violentos y las fuerzas del orden en el final de algunas de las manifestaciones contra su proyecto de retrasar la edad de jubilación, Sarkozy lo consideró "escandaloso". "No serán los violentos quienes tengan la última palabra", les advirtió.

Según un balance provisional, 35 personas fueron detenidas ayer por los incidentes con las fuerzas del orden y 85 la víspera.

Sarkozy también reservó palabras duras para los sindicalistas que están bloqueando los depósitos de combustibles en el país, lo que está provocando problemas de abastecimiento en miles de gasolineras.

"Nadie tiene derecho a tomar como rehén" a la economía de un país, aseguró el presidente, que el martes ordenó desbloquear los depósitos.

Según la industria del sector, la situación ha mejorado desde esa decisión de Sarkozy, pero todavía serán necesarios varios días para volver a la normalidad.