El ministro de Exteriores y vicecanciller alemán, Guido Westerwelle, anunció hoy que no volverá a presentarse como candidato a la presidencia del Partido Liberal Alemán (FDP), en el congreso nacional de su formación previsto para el próximo mayo.

El político, que mantendrá por el momento sus cargos en el gabinete de centroderecha de la canciller Angela Merkel, convocó esta tarde a los medios de forma inesperada para comunicarles esta decisión, azuzado por las crecientes críticas hacia él desde dentro y fuera de su partido.

"He tomado hoy la decisión, tras diez años en la dirección del FDP, de no volver a presentarme como candidato a la presidencia del partido en el próximo congreso", anunció Westerwelle en una declaración leída y sin preguntas.

"Estoy convencido de que es la decisión correcta. Para mí y para un nuevo comienzo (del FDP) con una nueva generación", concluyó.

El ministro de Exteriores explicó que la decisión, consensuada con el resto de líderes de su formación, ha sido "difícil" por sus años al frente del FDP, pero también "fácil", debido a "que hay una nueva generación dispuesta a asumir el liderazgo" dentro del partido.

Westerwelle añadió que a partir de ahora desea concentrarse "en su labor en el Ministerio de Exteriores" y "trabajar por los futuros éxitos del FDP".

Los últimos fracasos electorales de los liberales en comicios regionales, su errática política nuclear tras el desastre de Fukushima y la ambigua posición de Westerwelle en el conflicto de Libia han acabado pasando factura a este abogado de 49 años que desde 2001 lidera el FDP.

La canciller, Angela Merkel, quien habló con él por teléfono antes del anuncio, calificó la decisión de "punto de inflexión" para la coalición de Gobierno entre su partido, la Unión Cristianodemócrada (CDU) y el FDP, pero subrayó que la colaboración entre ambas formaciones "seguirá adelante".

Sobre la permanencia de Westerwelle en la vicecancillería y el Ministerio de Exteriores, Merkel señaló que "habrá que esperar" a ver cómo evoluciona el proceso de renovación en la cúpula del FDP.

Por su parte, Los Verdes exigieron que Westerwelle abandone de inmediato todos los cargos gubernamentales alegando falta de credibilidad, y los socialdemócratas del SPD enmarcaron su salida dentro del proceso de "implosión" que sufre la formación liberal.

Aunque algunas voces del FDP comenzaron a pedir su dimisión a finales del año pasado, las elecciones regionales de marzo en los estados federados de Renania-Palatinado y Baden-Württemberg fueron el catalizador definitivo de la decisión anunciada hoy.

En Renania-Palatinado, el FDP, que estaba en la oposición, desapareció del parlamento regional al no superar el 5 por ciento mínimo de votos necesario para tener representación, cuando en 2006 había alcanzado el 8 por ciento de los escrutinios y diez escaños.

En Baden-Württemberg, por su parte, los liberales, que formaban coalición con los conservadores de la CDU como en Berlín, perdieron ocho de los quince escaños, y pasaron del 10,7 % al 5,3 % de los votos.

Los sondeos a nivel nacional tampoco son favorables para el FDP, que desde hace meses se tambalea sobre la barrera mínima del cinco por ciento, según el "Politbarometer", el sondeo demoscópico semanal de la cadena pública de la televisión ZDF.

Además, Westerwelle ha sido seriamente criticado en Alemania por abstenerse, junto a Rusia, China, Brasil e India, en la votación de la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que sancionó la intervención militar en Libia.

La errática política energética del FDP, que pasó en cuestión de horas de apoyar la energía nuclear a exigir su abandono tras la catástrofe de Fukushima, también ha debilitado la imagen del todavía líder del partido.

El declive de su partido se percibe dentro de las filas liberales como el resultado del desgaste de su presidente saliente y el de toda su generación política, que incluye a figuras relevantes como el ministro de Economía, Rainer Brüderle.

La mayoría de medios, desde "Der Spiegel" hasta el "Bild", apuntan que los principales candidatos a suceder a Westerwelle al frente del FDP son el secretario general del partido, Christian Lindner, y el ministro de Sanidad, Philipp Rösler.