Así como en 2006 la muerte en un ataque de EE UU del líder de Al Qaeda en Irak, Abu Musab al Zarkawi, y de sus lugartenientes extranjeros marcaron la división y el declive de la red terrotista en ese país, "cabe esperar que la de desaparición de Bin Laden haga patente el declive internacional -que ya se percibía desde hace tiempo- de la propia Al Qaeda", según puso ayer de manifiesto María Amparo Tortosa, experta en relaciones internacionales y asesora de la ONU y la UE. "Cuando muere el líder las organizaciones que son muy dependientes de su dogma y del fanatismo se desestructuran y pierden fuerza, no vuelven a ser lo que eran", asegura Tortosa.

Así, Al Qaeda se encontraría mermada más que nunca en sus bastiones originales del centro de Asia, por lo que en los últimos años "se vio obligada a desplazarse al África subsahariana buscando nuevos hábitats donde sobrevivir", señala la experta, en alusión al asentamiento en estados frágiles, carentes de controles y con una geografía difícil para localizar a los terroristas. Sobre el hecho de que la capacidad de actuación de Al Qaeda sea más reducida en este momento, Amparo Tortosa considera que estamos "ante una organización más investigada y perseguida que nunca, sus finanzas y actividad propagandística también está más controlada", lo que ha mermado sus capacidades. "Esto es el fruto de una importante cooperación antiterrorista", dijo.

Para Tortosa las nuevas amenazas mundiales como el hambre y la pobreza, junto con los efectos del cambio climatico, las crisis de los gobiernos tiránicos, y los efectos de la crisis financiera mundial, "están teniendo un impacto superior a la fuerza actual de Al Qaeda. "Estos probleas, la superan en poder de movilización y de convulsión para cambiar el mundo. La red terrorista se enfrenta a un competidor arrollador, que le hace sombra, que frente a sus intentos de cambiar el mundo por la fuerza y el terror", precisó, aludiendo a los cambios que se viven en el mundo-musulmán, que se inclina más por sus luchas de liberación y por la dignidad que por el fanatismo, mirando hacia la modernidad", sentencia.

Con todo, Tortosa alerta de que los acólitos de Bin Laden traten de vengar su muerte cometiendo atentados. "Tan obvio como que sus capacidades actuales no son las de ayer, y los medios internacionales están más preparados, es obvio que les quedan seguidores.

Y es que nos adentramos en otros tiempos, dejamos atrás amenazas anteriores y nos enfrentamos a otras nuevas, que, no olvidemos, son de mayor envergadura, y que interactúan combinadas: las fuerzas de la economía globalizada y la naturaleza con lo social y lo político", finalizó.