La pena capital quedó abolida este viernes oficialmente en el estado de Illinois (EEUU) al entrar en vigor la ley que, además, conmutó por cadena perpetua las sentencias de 15 condenados a muerte.

Los quince condenados encarcelados en el Centro Correccional Pontiac, de máxima seguridad, fueron distribuidos en otras prisiones del estado.

Entre los reos a los que se le conmutó la condena esta Teodoro Báez, de 33 años, sentenciado por un doble asesinato cometido en 1999 en el que las víctimas fueron descuartizadas con una espada samurái después de una disputa por drogas.

Báez se encuentra ahora en el Centro Correccional Dixon, una prisión de mediana seguridad a dos horas de Chicago que atiende reclusos con problemas mentales.

La ley fue promulgada el 9 de marzo por el gobernador Pat Quinn, y en los meses que transcurrieron hasta su entrada en vigencia los prisioneros con sentencias conmutadas fueron evaluados para decidir su nueva ubicación.

Con excepción de Báez, todos fueron enviados a prisiones de máxima seguridad donde pasaron a compartir celdas.

Antes de promulgar la ley, el gobernador realizó consultas a personalidades de Estados Unidos y mundiales, entre ellas el obispo sudafricano Desmond Tutu, opositor a la pena de muerte.

También a la monja católica Helen Prejean, de Nueva Orleans, cuya historia contra la pena capital fue llevada al cine en 1995 en la película "Dead Man Walking", protagonizada por Susan Sarandon y Sean Penn.

La abolición se produjo casi 11 años después que el entonces gobernador republicano George Ryan (1999-2003) declarara una moratoria en las ejecuciones, tras revelarse errores en las condenas de 13 personas.

Investigaciones periodísticas señalaron casos de reclusos que fueron representados en juicio por abogados que tenían el ejercicio profesional suspendido, o fueron convictos y condenados con el único testimonio de testigos.

Uno de esos condenados fue el hispano Rolando Cruz, quien estuvo diez años en el pabellón de la muerte por el asesinato de una niña de diez años, cuyo responsable resultó ser Brian Dugan, quien ya estaba recluido por ataques contra dos mujeres.

Dugan fue otro de los trasladados, del pabellón de la muerte a los alojamientos generales de Pontiac.

El caso de Cruz, que fue perdonado por Ryan en 2002, se convirtió en la bandera de una campaña a favor de una reforma de la ley de la pena capital en Illinois.

Antes de terminar su mandato, Ryan vació el pabellón de la muerte y conmutó 167 condenas por prisión perpetua, entre ellas a cuatro latinos, y perdonó a cuatro.

"Debido al fracaso espectacular para reformar el sistema, porque hemos visto que no hubo justicia en numerosos casos de condenados a muerte, y porque el sistema de pena capital en Illinois es arbitrario, caprichoso e inmoral, no continuaré alimentando la máquina de la muerte", dijo en un discurso trasmitido a todo el país.

La decisión del gobernador replanteó el debate sobre la pena capital a nivel nacional, cuestionándose la exactitud del sistema judicial y las garantías ofrecidas a los condenados.

Al mismo tiempo se impulsó finalmente en Illinois la reforma de la pena capital que eliminó la consideración de confesiones forzadas y obligó a la policía a implantar un sistema para grabar en vídeo los interrogatorios en casos de asesinato.

Por recomendación de un panel de catorce personalidades se decidió descartar la pena máxima cuando hubiera solo un testigo, que no se ejecutaran a personas con problemas mentales y que el juez pudiera desautorizar una pena de muerte recomendada por un jurado.

Uno de los principales impulsores de la reforma en la asamblea legislativa fue el entonces senador Barack Obama.