El Gobierno de Estados Unidos ultima los detalles para la venta de armas y el entrenamiento militar a Irak por valor de 11.000 millones de dólares (unos 8.500 millones de euros), pese a los temores de que el aumento de la violencia sectaria entre chiíes y suníes acabe provocando una guerra civil en ese país, según desveló ayer el diario The New York Times.

La venta, coordinada a través de la Embajada estadounidense en Bagdad, se produce días después de que el último contingente de militares norteamericanos abandonara Irak, casi nueve años después de la invasión que expulsó del poder a Sadam Hussein.

Con este contrato, el Gobierno de Bagdad se hará con aviones de combate, carros blindados, munición y vehículos. El Pentágono ha autorizado la operación, a pesar de que cada vez hay más voces que alertan de que el primer ministro iraquí, el chií Nuri Al Maliki, trata de marginar a los suníes y crear un estado dominado por un único partido chií. Esto supondría romper el pacto de gobierno alcanzado en noviembre de 2010 por chiíes , suníes y kurdos para repartirse los principales cargos políticos del país.

Washington asegura que el objetivo de la venta es ayudar al Gobierno de Bagdad a proteger sus fronteras y devolver al Ejército iraquí al nivel que tenía antes de la Guerra del Golfo de 1991.

Para ello, Washington venderá a Irak aviones de combate F-16, tanques M1A1, chalecos antibalas, cascos, cargadores de munición y vehículos. Los críticos de esta operación temen que estas armas puedan ser utilizadas por los servicios de seguridad del régimen para ayudar a Al Maliki a consolidar su poder y a excluir a la minoría suní del Ejecutivo.

El ministro de Finanzas de Irak, el suní Rafe al-Essawi, ha advertido a la Administración del presidente Barack Obama de que "es muy arriesgado armar a un Ejército sectario", cuyos mandos están más interesados en marginar a los suníes que en proteger la soberanía del país.

La Casa Blanca anunció también la firma de un acuerdo para vender 29.400 millones de dólares (22.700 millones de euros) en 84 aviones de combate avanzados F-15SA a Arabia Saudita, en el que es el mayor acuerdo militar bilateral de su historia, informó ayer el Departamento de Estado. El acuerdo también incluye la modernización de otros 70 aviones de la Real Fuerza Aérea saudí, así comoo el suministro de municiones, repuestos y entrenamiento de pilotos.

El acuerdo forma parte de un paquete de venta de armas anunciado hace más de un año por la Administración Obama. En octubre de 2010, la Casa Blanca informó que tenía planeado vender 60.000 millones de dólares en equipo militar a Arabia Saudí en un lapso de entre 15 y 20 años, lo que constituiría la venta de armas más importante en la historia de Estados Unidos.

El acuerdo se produce en un momento en el que las tensiones en la región del golfo Pérsico se han intensificado por el programa nuclear de Irán. Importantes funcionarios iraníes amenazaron hace pocos días con bloquear el estrecho de Ormuz, una de las rutas petroleras más importantes del mundo, si sus exportaciones petroleras se veían afectadas por las sanciones de Occidente. Altos funcionarios estadounidenses han expresado su preocupación por la posibilidad de una creciente influencia de Irán en la región.