El legendario espía soviético, Gevork Vartanián, que salvó la vida de los líderes aliados durante la Segunda Guerra Mundial, ha muerto a los 87 años de edad, según informó hoy el Servicio de Espionaje Exterior de Rusia.

Vartanián, quien falleció el martes en Moscú, abortó en noviembre de 1943 un plan nazi para atentar contra la vida de los dirigentes aliados: el soviético Iosif Stalin, el estadounidense Franklin Roosvelt y el británico Winston Churchill, durante la cumbre que estos celebraron en Teherán.

Al parecer, el espía fue capaz de interceptar la comunicación de radio entre Berlín y los seis paracaidistas alemanes que fueron lanzados en Irán con el objetivo de asesinar a los mandatarios que se reunían por vez primera para coordinar su estrategia contra Hitler en la reunión conocida como Eureka.

"Legendario espía, auténtico patriota, personalidad brillante y poco corriente. Participó en operaciones que han pasado a la historia del espionaje exterior nacional", afirmó Dmitri Medvédev, presidente ruso, en su telegrama de condolencia.

Aunque se jubiló del servicio de inteligencia en 1992, Vartanián siguió vinculado con el espionaje al asesorar a las agencias de inteligencia rusas, aconsejar a sus agentes más jóvenes e impartir conferencias, según las agencias locales.

Vartanián, de origen iraní y armenio, comenzó a trabajar en los servicios de inteligencia a los 16 años en Teherán, donde descubrió a unos 400 espías que trabajaban para el régimen nazi, y después se trasladó a Londres, donde reclutó a muchos agentes para la URSS.

El fallecido espía soviético, que recibió el título de Héroe de la Unión Soviética, trabajó durante más de tres décadas de Guerra Fría en diferentes lugares del mundo junto con su esposa, hasta que regresó a Moscú en 1986.