Al menos 16 personas fallecieron hoy en Siria, la mayoría en los bastiones opositores de Idleb (norte) y Homs (centro), en nuevos ataques de las fuerzas leales al régimen de Bachar al Asad contra la población civil, según un grupo opositor.

Los Comités de Coordinación Local denunciaron en un comunicado que el incidente más sangriento se produjo en Idleb, donde las fuerzas de seguridad atacaron un autobús y mataron a nueve de los pasajeros.

Esa provincia fue, además, escenario de enfrentamientos entre el Ejército y militares desertores, que se desarrollaron en la localidad de Yisr al Shugur.

Según el grupo opositor, otras seis personas perecieron en la provincia de Homs, la más afectada por la represión del régimen sirio desde el inicio de la revuelta contra Al Asad, y un militar fue asesinado por negarse a disparar contra los manifestantes.

En el barrio de Bab Amro de Homs, el estallido de una bomba de clavos causó un gran número de heridos, la mayoría mujeres y niños que estaban comprando pan.

Entre los muertos de Homs figura el hermano del activista Jaled Abu Salah.

Mientras, en las localidades de Zabadany y Madaya, en los alrededores de Damasco, los tanques del ejército reiniciaron sus bombardeos contra las viviendas de civiles justo después de que se marchara de esa zona la misión de la Liga Árabe.

Los observadores árabes siguen trabajando sobre el terreno, pero su presencia no ha logrado que cese la violencia en Siria, donde según la ONU han muerto más de 5.000 personas desde marzo y unas 400 desde que comenzó la misión hace casi un mes.

La delegación árabe tiene previsto abandonar Siria el próximo 19 de enero y su informe sobre la situación en el país será analizado dos días después en una reunión del grupo de contacto de la Liga Árabe para Siria.