Los buzos de la compañía holandesa Smit Salvage realizarán hoy una primera inspección del crucero Costa Concordia, encallado frente a la isla italiana del Giglio, para poner en marcha su plan de extracción de las 2.200 toneladas de carburante depositados en sus bodegas.

Mientras los técnicos de la compañía holandesa inspeccionan el casco, los equipos de rescate italianos continuarán las tareas de búsqueda de los cerca una veintena de desaparecidos tras el naufragio del crucero el pasado 13 de enero.

Las tareas de búsqueda se concentrarán a la altura del puente 3, después de que ayer en esa zona se encontraron otros dos cadáveres, con lo que se eleva a 15 el número de las víctimas.

Los buzos de Smit Salvage descenderán a unos 20 metros para estudiar las condiciones del casco antes de comenzar a aislar el primer tanque de los 17 de los que se extraerá el combustible.

El jefe de la Protección Civil italiana, Franco Gabrielle, aseguró ayer en una rueda de prensa que el crucero se encuentra estable, sujetado en tres puntos por formaciones rocosas, por lo que son seguras las tareas de extracción.

La extracción se realizará mediante una perforación en el casco y se empieza a bombear el combustible hacia unas cisternas, mientras que a través de una segunda apertura, se va rellenando el tanque con agua de mar para evitar el vacío que provocaría movimientos en el barco.