Vladímir Putin asumió hoy el cargo de presidente de la Federación de Rusia en una solemne ceremonia, en la que dijo que "los próximos años serán decisivos" para el destino del país y para convertirse en líderes de toda Eurasia.

"Entiendo todo el peso del cargo. (...) El sentido de toda mi vida y mi deber es el servicio a la Patria, a nuestro pueblo, cuyo apoyo me ha inspirado y ayudado en la toma de las decisiones más difíciles y complejas", dijo Putin al iniciar su discurso de investidura, con el que asumió un mandato de seis años, en el Gran Palacio del Kremlin.

Putin subrayó que tras los doce años en los que ha sido presidente y primer ministro, el país "cuenta con todo para avanzar hacia delante, un Estado efectivo y en desarrollo, una base social y económica sólida, una sociedad civil activa y responsable".

El nuevo máximo mandatario ruso resaltó la labor del presidente saliente, Dmitri Medvédev, al que agradeció "el desarrollo estable del país".

"Su presidencia (...) dio un impulso añadido de modernización de todos los aspectos de nuestra vida. Por delante tiene retos difíciles y de mucha responsabilidad. Le deseo muchos éxitos", se refirió Putin a su delfín, sucesor y antecesor en el cargo de la Presidencia rusa.

Se refirió a la democracia y a las libertades, apenas unas horas después de la detención de cerca de 450 personas en el centro de Moscú, que protestaban contra su investidura.

"Queremos y viviremos en un país democrático, donde cada cual tiene libertad de ejercer su trabajo y desarrollar su talento", dijo a menos de 24 horas de los enfrentamientos entre manifestantes opositores y la policía en Moscú.

El flamante presidente aseveró que los ciudadanos vivirán en "una Rusia que el mundo respeta como a un socio fiable, abierto y predecible".

"Tengo fe en la fuerza de nuestros ideales y metas comunes, la fuerza de nuestra decisión de transformar el país, la fuerza de las acciones mancomunadas de los ciudadanos, en nuestro anhelo común de libertad, verdad y justicia", remarcó.

Putin subrayó que Rusia entra en "una nueva etapa" en la que deberán resolverse "nuevos problemas, de índole diferente y otra envergadura".

"Los próximos años serán decisivos para el destino de Rusia durante las sucesivas décadas. (Dependemos) de nuestros esfuerzos para conservar el pueblo, de nuestra perseverancia para desarrollar las enormes extensiones rusas (...), de nuestra capacidad para convertirnos en líderes de toda Eurasia", manifestó.