Una nueva matanza sacudió a Estados Unidos con el tiroteo ocurrido esta mañana en un templo sij del sur de Milwaukee en el que fallecieron 7 personas, entre ellos el atacante, y tres más resultaron heridas de gravedad.

Por el momento se desconocen los motivos del atentado, que interrumpió la tranquila mañana de oración en un templo de la comunidad sij en las afueras de Milwaukee, en el centro norte de EE.UU, y las autoridades han señalado que investigan los hechos como "terrorismo doméstico".

Aún con muchos detalles por precisar, las autoridades de Oak Creek, donde se produjeron los hechos, explicaron que una patrulla de policía se desplazó al edificio de la comunidad sij tras recibir una llamada de emergencia al 911 a las 10 de la mañana hora local (15 GMT).

Al llegar al templo, los agentes de policía fueron recibidos a tiros por un individuo, aún sin identificar, a la entrada del aparcamiento.

Uno de los agentes abrió fuego contra el agresor y logró finalmente matar al atacante, aunque recibió varias heridas de bala en el enfrentamiento y se encuentra en "situación crítica".

"La heroica actuación del agente de policía que fue recibido a tiros por el atacante en el aparcamiento del templo evitó una tragedia que podría haber sido mucho mayor", indicó John Edwards, jefe de policía de Oak Creek, ante los periodistas en una breve comparecencia.

"En esos momentos", explicó Edwards, "había bastante gente en el lugar de oración".

Edwards eludió dar más precisiones ya que, señaló, "no disponemos de detalles" sobre la identidad del atacante.

La congregación sij de Oak Creek cuenta con entre 250 y 400 miembros, según su página web.

En un principio, se había difundido la información de que había más atacantes en el complejo religioso, y de que se habían tomado rehenes en el interior del templo, algo que luego fue desmentido por las fuerzas de seguridad.

Cuando la policía accedió al interior del templo se encontró con cuatro cadáveres e informó de la presencia de tres cuerpos sin vida más en las afueras, entre ellos el del atacante.

La matanza se produce cuando la sociedad estadounidense aún trata de recuperarse de otra reciente masacre, la producida el pasado 20 de julio por un estudiante universitario en Denver que irrumpió en una sala de cine donde se estrenaba la última película de la saga Batman, "The Dark Knight Rises", y disparó contra los espectadores.

Como consecuencia de los disparos, doce personas fallecieron y más de medio centenar resultaron heridas.

En esta ocasión, el objetivo del ataque fue la comunidad sij en Estados Unidos, y los investigadores, coordinados por el FBI, tratan de dilucidar qué relación tenía el atacante, de quien solo se conoce que es un hombre, con esta religión.

Los sijs ("sikhs" en inglés) forman la quinta religión del mundo, una religión monoteísta nacida en la India en el siglo XVI y que cuenta con 27 millones de creyentes en todo el mundo, de los que aproximadamente 500.000 viven en EE.UU.

Poco después de conocerse la tragedia, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó su "profunda tristeza" por los fallecidos y heridos durante el tiroteo ocurrido hoy en Oak Creek, Wisconsin, que se cobró la vida de 7 personas en un templo sij, y señaló que sus "oraciones están con las familias y amigos de las víctimas".

Obama lamentó que "esta pérdida se produjese en un lugar de oración", y subrayó "lo mucho que ha enriquecido al país la comunidad sij, que es parte de la gran familia estadounidense".

Las autoridades de Oak Creek han programado una rueda de prensa para mañana, lunes, a las 10 de la mañana hora local (15 GMT) en la que ofrecerán más información.