La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) respaldó hoy a Ecuador ante la "amenaza" que dice haber recibido del Reino Unido de irrumpir en su embajada en Londres para detener al fundador de WikiLeaks, Julián Assange, y pidió diálogo para solucionar la situación.

Así consta en la declaración final del Consejo de cancilleres de la Unasur realizado en Guayaquil, que manifiesta su solidaridad y respaldo al país andino ante "la amenaza de violación del local de su misión diplomática".

En el texto también exhorta "a las partes a continuar el diálogo y la negociación directa en procura de una solución mutuamente aceptable con arreglo al derecho internacional".

Asimismo, reiteró el derecho soberano de los Estados de conceder el asilo, condenó la amenaza del uso de al fuerza entre los estados y reiteró la plena vigencia de los principios consagrados en el Derecho Internacional, el respeto a la soberanía y el fiel cumplimiento de los tratados internacionales.

De igual manera, la Unasur reafirma el principio fundamental de inviolabilidad de los locales de las misiones diplomáticas, así como el principio de derecho internacional en virtud del cual "no puede invocarse el derecho interno para no cumplir una obligación de carácter internacional".

La Unasur también reitera la vigencia de las instituciones de asilo y refugio para quienes consideran que su vida o integridad física se encuentra amenazada.

La cita de las autoridades diplomáticas de la Unasur se suma a la que tuvo lugar ayer, también en Guayaquil, de los delegados de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

Asimismo, ocurre tres días después que Ecuador concediera asilo diplomático a Assange, que se refugió en la embajada de Ecuador en Londres el pasado 19 de junio.

Assange, uno de los principales responsables de la divulgación de documentos secretos, especialmente de Estados Unidos por WikiLeaks, es requerido por Suecia para investigaciones de acusaciones de supuestos delitos sexuales.

Ecuador ha señalado que otorgó el asilo ante la falta de garantías por parte del Reino Unido y Suecia de que Assange no sería extraditado a un tercer país donde su vida podría correr peligro.