Al menos cuatro soldados turcos han muerto este miércoles en un ataque contra un convoy del Ejército con artefactos explosivos en la provincia de Hakkari, situada en la zona sureste de Turquía, según han asegurado fuentes de los servicios de seguridad.

El convoy circulaba por la región de Semdinli cuando fue alcanzado por cuatro artefactos, activados por control remoto. El Ejército ha enviado tropas y helicópteros a la zona en respuesta a este ataque.

El suceso ha tenido lugar dos días después de que un coche bomba matase a nueve personas y causase más de 60 heridos en la ciudad de Gaziantep, en el sur de Turquía. El Gobierno ha culpado por esta acción al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), pero dicha guerrilla se ha desmarcado de la autoría.

El Gobierno había enviado el convoy atacado este miércoles como parte del refuerzo a las tropas desplegadas en la región que sufrió el atentado el lunes.

Ataques como el de este miércoles son habituales dentro de la campaña del PKK contra las fuerzas del Gobierno. La guerrilla, considerada una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, se levantó en armas hace 28 años para reclamar una patria kurda.