La francesa Florence Cassez llegó hoy a París, después de que la Suprema Corte de México anuló su condena a 60 años de cárcel por secuestro y otros delitos y declarase su liberación inmediata, con lo que se cierra un áspero episodio diplomático entre Francia y México.

"Hace mucho tiempo que decidí luchar hasta el final. Tenía mucho miedo. Había noches en las que tenía angustia, pero decidí luchar costara lo que costara", declaró Cassez tras aterrizar en el aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle de París.

Solo unas horas antes y protegida con un chaleco antibalas, la francesa nacida hace 38 años en Lille (norte) abandonaba la prisión del sur de la capital mexicana en la que estaba recluida, con destino al aeropuerto para tomar un vuelo de Air France rumbo a París.

Atrás dejaba siete años entre rejas en México, donde fue detenida en diciembre de 2005 por presunta participación en la banda de secuestradores Los Zodíaco, liderada por su exnovio, Israel Vallarta, a quien conoció en ese país, al que había llegado dos años antes y en el que fue condenada a 96 años de cárcel, reducidos luego a 60 años.

"El avión ha aterrizado, pero yo todavía no. He soñado con este momento diez mil veces (...). Pensaba que no podría contenerme, que empezaría a llorar, que no encontraría las palabras. Finalmente, me encuentro muy serena y muy feliz. Voy a aprovechar, vivir, ser feliz", declaró la francesa, flanqueada por su madre, Charlotte, y por el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius.

Cassez, que siempre ha defendido su inocencia, subrayó ante la prensa que siempre se sintió libre y deseó que la decisión de la máxima instancia judicial mexicana sirva para "meter a los verdaderos culpables en la cárcel" porque "hacer una buena investigación es ayudar a las víctimas".

Sin embargo, la resolución de la Justicia mexicana no llegó al fondo del asunto ni determinó si Cassez era culpable o inocente de los delitos por los que había sido condenada.

Concedió el amparo al entender que se habían violado sus derechos procesales, como el de la asistencia consular de Francia en los tiempos marcados, y por la orquestación de una detención ficticia ante las cámaras de televisión.

El jefe de la diplomacia gala, que llevó a Cassez del brazo ante los medios de comunicación, declaró ante las cámaras que con esta decisión judicial México ha demostrado que "actualmente es una gran democracia".

"Esto quiere decir que los jueces son muy valientes y que han actuado con total independencia", señaló el ministro francés.

La víspera, la madre de Cassez había seguido el veredicto desde París acompañada, entre otros, de la primera dama, Valérie Trierweiler. Al conocerse la sentencia, el presidente de Francia, François Hollande difundió un comunicado en el que señaló que "se pone fin a un periodo particularmente doloroso".

El caso de la francesa había enturbiado las relaciones entre México y Francia, especialmente desde que en marzo de 2010 la justicia mexicana redujo su condena a 60 años, pero no la puso en libertad.

El entonces presidente francés, Nicolás Sarkozy, describió a Cassez como una víctima inocente del sistema judicial mexicano y demandó que fuera trasladada a Francia por razones humanitarias.

Pero su homólogo mexicano entonces, Felipe Calderón, se posicionó claramente en contra de esa maniobra y describió a la francesa como "una mujer que formaba parte de una peligrosísima banda de delincuentes dedicados a secuestrar mexicanos, que mutilaban a sus víctimas, que amenazaban a sus familias".

"Nicolas Sarkozy me salvó la vida. Después llegó Hollande. Les debo mucho a ambos", resumió Cassez.

Con Sarkozy y Calderón fuera del poder, reemplazados por Enrique Peña Nieto y Hollande, respectivamente, se espera que Francia y México entierren el desencuentro diplomático e inicien una nueva fase de relaciones.

"Hoy podemos decir que entre Francia y México se dan las mejores relaciones que se pueden tener", destacó el jefe del Estado francés tras la liberación de Cassez, a quien recibirá mañana en el Palacio del Elíseo.