La Policía mexicana desalojó esta noche a los maestros que se mantenían desde hace un mes en la plaza principal de Ciudad de México como parte de sus protestas contra la reforma educativa impulsada por el Gobierno, en una operación que se saldó con 31 detenidos y 15 heridos.

La operación comenzó a las 16.20 hora local (21.20 GMT), luego de que esta mañana los miles de maestros, miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), recibieran de las autoridades un exhorto final a que abandonaran en paz la Plaza de la Constitución de Ciudad de México.

A las 14.00 hora local (19.00 GMT) las autoridades dieron un "plazo perentorio" de dos horas para que los maestros se marcharan, y aunque algunos de ellos abandonaron la plaza, otros permanecieron en ella detrás de endebles barricadas a la espera de los agentes.

Cuando los agentes finalmente ingresaron a la explanada, algunas personas les lanzaron diversos objetos, incluyendo bombas molotov, constató Efe.

Las fuerzas policiales respondieron chorros de agua lanzados por tanquetas antidisturbios que llegaron a la plaza de manera paralela.

Los agentes detuvieron a 31 personas, aunque al parecer ningún maestro, dijo más tarde el comisionado de Seguridad Nacional, Manuel Mondragón, durante una entrevista televisiva.

Detalló que los detenidos portaban piedras, bombas molotov, una especie de mortero casero para arrojar objetos a distancia, e incluso tanques de gas para usarlos como lanzallamas. Añadió que las personas arrestadas fueron entregadas a la fiscalía federal, que se encargará de determinar su identidad.

También señaló que 15 policías resultaron con "contusiones ligeras", mientras que ninguno de los manifestantes resultó herido.

Aclaró que durante la operación "no se arrojó gas lacrimógeno", pese a las denuncias en ese sentido de los manifestantes y testimonios recogidos en el lugar.

Luego del desalojo el grueso de los maestros se trasladó a la explanada situada frente al Monumento a la Revolución, mientras una comisión de la CNTE se dirigió a la Secretaría de Gobernación para iniciar un diálogo con autoridades federales, que duró menos de una hora. No se reveló el contenido de lo tratado.

Operación "apegada a los derechos humanos"

Por la noche, el secretario mexicano de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, hizo un recuento en conferencia de prensa de los diversos contactos con los maestros disidentes para explicarles el contenido de la reforma educativa y solicitarles que abandonaran la plaza, ofreciéndoles lugares alternativos para su plantón.

"A este planteamiento no dieron muestras de voluntad", refirió.

Por ello, agotado el tiempo otorgado para que se fueran, se lanzó una operación "profesional y apegada a los derechos humanos" para liberar la plaza, conocida como Zócalo, en presencia de funcionarios de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

"Como pudimos observar durante todo este tiempo, grupos ajenos a los maestros llevaron instrumentos no menores" para provocar violencia, dijo, y agregó que "los maestros no portaban armas de ninguna índole".

En declaraciones previas al desalojo, el dirigente de la Sección 22 de la CNTE, correspondiente al estado de Oaxaca, Rubén Nuñez, declaró a la televisora Milenio que al cumplirse el plazo se retirarían "sin violencia" y evitando cualquier tipo de "confrontación".

"La lucha la mantendremos, pero será a través del diálogo y un debate sobre las reformas de ley educativas", dijo. Comentó que una vez liberada la plaza se realizaría una asamblea de la CNTE para definir los siguientes pasos de su resistencia "pacífica".

La operación se produjo dos días antes de que se lleve a cabo el tradicional "Grito de la Independencia", un acto que encabeza el presidente de México desde uno de los balcones del Palacio Nacional, en el Zócalo, donde un día después se efectuará un desfile militar con motivo de las fiestas patrias mexicanas.