El capitán del barco turístico hundido el domingo cerca de la ciudad de Pattaya se ha entregado a la Policía y ha reconocido que estaba drogado en el momento del accidente, en el que murieron tres tailandeses y tres turistas extranjeros.

El capitán era Saman Kwanmuang, de 42 años, quien se entregó a la Policía apenas unas horas después del hundimiento del barco, que cubría un trayecto entre la isla de Koh Larn y Pattaya con unas 200 personas a bordo, cuando en realidad sólo tenía capacidad para 150, informan los medios tailandeses.

Según un portavoz policial, Saman explicó que él y su tripulación perdieron el control del barco como consecuencia de las drogas ingeridas, por lo que el buque se desvió e impactó contra unas rocas, lo que provocó varias vías de agua y en última instancia su hundimiento.

En cuanto se percató de lo ocurrido, Saman detuvo los motores e intentó poner en marcha la bomba de achique. Además avisó a los pasajeros, supuestamente para que no se asustaran.

Diez minutos después de la parada se percató de que el agua había anegado ya la cubierta inferior de las dos que tenía el barco y los pasajeros estaban histéricos porque no había chalecos salvavidas suficientes para todos.

Mientras, la Embajada rusa en Tailandia ha desmentido que haya ciudadanos rusos entre las víctimas pese a que en un primer momento se informó de que había tres ciudadanos de este país muertos, incluida una mujer a la que todos daban por muerta.

"A veces hay milagros. La rusa, a quien todos dábamos por muerta, en realidad logró escapar del ferry. El error viene del personal del hospital, que confundió las identidades de una víctima y un superviviente", ha explicado un portavoz de la Embajada rusa en Bangkok, Andrei Dvornikov, en declaraciones a la agencia de noticias RIA Novosti. Según Dvornikov, la víctima mortal sería en realidad una polaca.