Al menos 55 combatientes del Estado Islámico de Irak y Levante, vinculado a Al Qaeda, murieron hoy en un ataque aéreo de las fuerzas armadas iraquíes y en enfrentamientos con milicianos tribales y cuerpos de seguridad en la provincia de Al Anbar, en el oeste de Irak, informó a Efe una fuente de seguridad.

Un ataque aéreo sobre Faluya causó la muerte de al menos 30 yihadistas, mientras que las milicias suníes, en colaboración con las fuerzas de seguridad, acabaron con la vida de otros 25 miembros del Estado Islámico en Ramadi, capital de la provincia.

El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, aseguró hoy que las fuerzas aéreas no se retirarán de las ciudades de la provincia de Al Anbar hasta que no "eliminen a los grupos armados y restablezcan la seguridad y estabilidad en la misma".

En declaraciones difundidas por la televisión estatal, pidió a los iraquíes que aboguen por la unidad nacional, condenó la violencia y el sectarismo y dijo que, después de lo ocurrido estos días, "sólo queda unirse para luchar contra el enemigo".

Ahmed Abu Risha, jefe del Consejo de Salvación iraquí (milicias suníes que luchan contra Al Qaeda), indicó en un comunicado que los combatientes del Estado Islámico de Irak y Levante están desplegados en el centro de Faluya.

Informó de que se prepara una operación militar para recuperar el control de la ciudad, aunque no dio más detalles.

Gran parte de la población de Faluya se ha desplazado hacia Bagdad, a la espera de que se "ponga fin a los enfrentamientos" entre grupos armados y fuerzas de seguridad iraquíes, explicó a Efe una fuente de los servicios de seguridad.