El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió hoy desde Washington un alto el fuego inmediato a todas las partes involucradas en el conflicto en Yemen, donde en las últimas semanas se han registrado más de 800 fallecidos y de 2.700 heridos.

Ban realizó la petición de alto el fuego en una cena con periodistas que tuvo lugar en el Club Nacional de Prensa de la capital estadounidense, donde acudió para participar en la reunión de primavera del FMI y el Banco Mundial.

"Yemen está en llamas. Incluso antes de la última escalada violenta, los yemeníes ya necesitaban ayuda humanitaria. Pido un alto el fuego inmediato en Yemen por parte de todas las partes", indicó el secretario general de la ONU.

"Pido que se regrese al diálogo político, que es la mejor opción. Hemos visto muchas bajas de civiles y destrucción de infraestructuras, y Yemen, que es uno de los países más pobres del mundo, está hipotecando su futuro", apuntó Ban.

El secretario general de Naciones Unidas explicó que Arabia Saudí le ha asegurado que "entiende que debe producirse un proceso de paz" y emplazó "a todos los yemeníes" a participar en él.

Ban también se refirió a la renuncia presentada ayer por el enviado especial de las Naciones Unidas a Yemen, Jamal Benomar, y aseguró que se le está buscando un sucesor.

El conflicto se ha intensificado en los últimos meses en Yemen, donde el movimiento chií de los hutíes prosigue su ofensiva mientras las fuerzas árabes bombardean posiciones de los rebeldes.

El Ministerio yemení de Sanidad, controlado por los hutíes, anunció hoy que 897 civiles han muerto desde el inicio de la ofensiva de la coalición árabe y reveló que escasean las medicinas y hay muchos hospitales fuera de servicio.

El pasado 26 de marzo se inició una campaña de bombardeos encabezada Arabia Saudí, cuyos ataques que han obligado a más de 120.000 personas a dejar sus hogares, según la ONU.

Riad y sus ocho aliados árabes han justificado su ofensiva en la defensa de la legitimidad del presidente yemení Abdo Rabu Mansur Hadi, en la supuesta amenaza que suponen los hutíes para Arabia Saudí y en el peligro de que Irán, la potencia musulmana chií, extienda su influencia en la región a través de estos rebeldes.