Viena acogerá mañana una cumbre de los Balcanes occidentales centrada en la actual crisis de los refugiados y a la que asistirán también la canciller alemana, Angela Merkel, y la responsable de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini.

En un principio, el objetivo de la reunión era fomentar la cooperación regional e intensificar las reformas políticas para allanar el camino de los países balcánicos a la Unión Europea (UE).

Sin embargo, la cita se ha visto marcada por la crisis migratoria que azota la región, donde decenas de miles de personas han pasado en las últimas semanas por Macedonia y Serbia para alcanzar Hungría, miembro del espacio Schengen de libre circulación comunitaria.

De allí, los refugiados se trasladan hacia la vecina Austria y luego hacia el norte de Europa, sobre todo a Alemania y Suecia.

Con motivo de esta reunión multilateral, que tuvo su primera edición el año pasado en Berlín, el ministro austríaco de Exteriores, Sebastian Kurz, ha presentado un plan de cinco puntos para abordar la crisis migratoria.

La propuesta austríaca incluye intensificar la lucha contra el yihadismo en países como Siria, Irak y Libia y crear zonas de protección de la ONU en las zonas de conflicto.

Además, plantea aumentar la protección de las fronteras externas de la UE, mejorar la cooperación entre las policías en los países balcánicos y crear un sistema de cuotas para repartir los inmigrantes en los Estados europeos.

Los países balcánicos, con Serbia y Macedonia a la cabeza, reclaman a la Unión Europa y las naciones occidentales más ayudas financieras para poder gestionar la oleada de refugiados.

Países como Alemania, Austria o Italia exigen desde hace meses un reparto más equitativo de los refugiados que llegan a la UE, sobre todo por el Mediterráneo, y desde hace varias semanas por la ruta balcánica, procedente de Oriente Medio.

Solo Alemania espera para este año unas 800.000 solicitudes de asilo político, la mitad de ellas precisamente de ciudadanos de las repúblicas balcánicas no comunitarias, el resto de Oriente Medio.

El trasfondo es que Alemania, a diferencia de Austria, todavía no ha declarado a Albania, Kosovo y Montenegro como "seguros", lo que hace que ciudadanos de esos países puedan pedir asilo.