El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha advertido de que "la prueba más dura e inmediata" a la que se enfrenta Europa es la crisis de refugiados y ha asegurado que trabaja con los líderes europeos para "construir un nuevo consenso" tras admitir que hay "algunas tensiones" y "división" entre países sobre la respuesta necesaria.

"Hay tensiones entre los países. Hay una división entre el este y el oeste de la UE", ha admitido el exprimer ministro polaco, evocando en concreto la propuesta para reubicar a partir de "una base obligatoria para las cuotas", que fue rechazada de plano por una mayoría de países en junio. "Algunos Estados miembro están pensando en contener la ola de inmigración, simbolizado por la controvertida valla húngara", ha resumido el polaco.

"Estamos cumpliendo y cumpliremos nuestra responsabilidad en virtud de la Convención de los Refugiados de la ONU. Pero esto no se puede hacer si sacrificamos el orden público en el proceso", ha avisado. "Las palabras ya no son suficientes en este tema. Tenemos que actuar", ha insistido Tusk, que ha pedido ampliar la misión de la UE contra las mafias de inmigrantes en el Mediterráneo a aguas internacionales "rápidamente".

El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha reclamado a los inmigrantes y refugiados procedentes de Turquía que "no vengan" a Hungría porque "Turquía es un país seguro" al ser preguntado sobre la foto del niño sirio muerto en una playa turca que ha conmocionado al mundo.

"Lo que es moral desde el punto de vista humano es dejar claro: Por favor, no vengan. ¿Por qué tenéis que venir de Turquía a Europa? Turquía es un país seguro. Quédense allí. Es arriesgado venir. No podemos garantizar que seáis aceptados aquí", ha dicho Orban, al que se le ha preguntado si tras esta imagen del niño ahogado no es momento de mostrar compasión.

"La cuestión es la responsabilidad. Si creamos la idea o una impresión de simplemente 'vengan porque estamos listos para aceptar a todo el mundo', esto sería un fracaso moral porque este no es el caso", ha dicho en una breve rueda de prensa conjunta con el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, tras su reunión.

Orban ha insistido en la obligación moral de los Estados miembros de defender las fronteras externas de la Unión y ha incidido en que la normativa europea obliga a registrar a todo inmigrante que llega antes de que pueda abandonar el país. "Estamos cumpliendo la normativa europea", ha zanjado.

"Es mejor para su familia, para sus hijos, para usted, quedarse", ha recalcado Orban. "No nos gustaría falsificar los sueños de la gente", ha aseverado, insistiendo en que "muchos" países de la zona "son seguros", incluido Serbia.

Orbán afirmó hoy que el problema de la crisis de refugiados y de migración "no es europeo, sino alemán", y explicó que no deja que esas personas abandonen Hungría porque tienen que ser registradas tal y como exige Berlín y Viena y las regulaciones.

"Entre nosotros, el problema no es europeo; es un problema alemán. Nadie quiere permanecer en Hungría. No tenemos ningún problema con los que quieren quedarse, pero nadie quiere permanecer. Tampoco en Eslovaquia, ni en Polonia ni Estonia. Todos quieren ir a Alemania y nuestro trabajo es registrar" a los refugiados, recalcó.