El aspirante a la candidatura presidencial del Partido Republicano Donald Trump ha intercambiado ataques este miércoles con el gobernador de Florida, Jeb Bush, la ex ejecutiva Carly Fiorina y otros rivales de su partido en un debate marcado por frecuentes alusiones personales.

En el segundo debate republicano, los aspirantes se han enfrentado en torno a Irak, condenaron el acuerdo nuclear con Irán del presidente, Barack Obama, y han mostrado profundas diferencias sobre si provocar una paralización parcial del Gobierno estadounidense para quitar fondos a la organización Planned Parenthood --principal proveedor de servicios de salud reproductiva en Estados Unidos--.

En momentos en que Trump exhibe una sólida ventaja en las encuestas de opinión, los otros diez aspirantes han luchado a ratos por la atención a sólo cuatro meses de la primera contienda por la candidatura republicana para las elecciones generales de noviembre del 2016.

A diferencia del primer debate del mes pasado, cuando la mayoría de los contendientes rehuyó cuestionar directamente a Trump, varios aspirantes han participado en los intercambios personales, a ratos feroces, con el magnate estadounidense.

En respuesta, Trump ha destacado su experiencia empresarial y ha lanzado insultos, haciendo una broma sobre la apariencia del senador Rand Paul y declarando que el exgobernador de Nueva York George Pataki "no podría ser electo como perrero".

Reprimenda de Fiorina

Por otra parte, Trump ha recibido una fuerte reprimenda de Fiorina, expresidenta ejecutiva de Hewlett-Packard, por su comentario reciente en una entrevista en la que dijo que los votantes podrían no respaldarla debido a su cara.

"Creo que las mujeres de todo el país escucharon muy claramente lo que dijo el señor Trump", ha dicho Fiorina entre aplausos. Trump se ha inclinado hacia ella y ha respondido: "Creo que tiene una cara hermosa, y creo que es una mujer hermosa".

Bush, un blanco frecuente de las burlas de Trump por su campaña "de bajo consumo de energía", criticó al multimillonario por su amabilidad previa con los demócratas y por tratar de llevar la industria de los juegos de casinos a Florida.

"Él pidió a Florida que tuviéramos juegos de casinos y dijimos que no", ha señalado Bush. Trump se ha encogido de hombros y ha negado haber tratado de entrar en la industria de los casinos en Florida. "(Estás) equivocado (...) Jeb, vamos".

Bush se ha visto eclipsado por la retórica agresiva de Trump en la competencia para convertirse en el candidato del Partido Republicano para las elecciones presidenciales de noviembre del 2016, pero había prometido ser más agresivo en este debate.