Tras veinte días de reconocimiento aéreo del terreno, el Ejército francés se sumó hoy a los bombardeos sobre posiciones del Estado Islámico (EI) en Siria, bajo el argumento de que este grupo yihadista supone una amenaza directa para su seguridad nacional.

Un breve comunicado del Palacio del Elíseo - que se abría con un escueto "Francia ha bombardeado en Siria" - anunció la noticia que esperaba todo el mundo después de que, el pasado 7 de septiembre, el presidente francés, François Hollande, hubiese anunciado el comienzo de los vuelos de reconocimiento.

El propio Hollande ofreció horas más tarde, en la sede de la ONU en Nueva York, los detalles acerca de la primera operación, que tuvo como blanco un campamento del EI en una población cercana a Deir al Zur, en el este de Siria.

"Nuestras fuerzas consiguieron sus objetivos: el campo fue destruido en su totalidad", señaló Hollande, antes de especificar que se utilizaron seis aviones de combate, cinco de ellos cazas Rafale, de fabricación gala.

El presidente señaló que están "seguros" de que ese ataque no tuvo consecuencias sobre la población civil.

"Podrá haber otros bombardeos en las próximas semanas si es necesario, siempre con el mismo fin: identificar objetivos que corresponden a campos de entrenamiento o a lugares desde donde sabemos que el grupo terrorista Daesh (acrónimo del EI en árabe) puede amenazar la seguridad de nuestro país", explicó.

El primer ministro francés, Manuel Valls, declaró a la prensa que los bombardeos tienen como objetivo "los santuarios del Estado Islámico donde se formaron quienes atacan a Francia".

Para su misión de hoy, Valls aseguró que las fuerzas galas escogieron el objetivo y actuaron de forma autónoma, pero "en coordinación con nuestros socios, especialmente Estados Unidos".

Desde el momento en que abrió la puerta a participar en los bombardeos sobre Siria, París insistió en el carácter de "legítima defensa" que supone para el país combatir al Estado Islámico en sus feudos.

Convertido en blanco favorito de los yihadistas en los últimos meses, varios de los terroristas que han logrado atentar (o que lo han intentado) en suelo francés en los últimos meses pasaron antes por esos campos de entrenamiento o tuvieron relación con el EI.

Según los datos más recientes ofrecidos por el Gobierno de París, en la actualidad hay 1.880 franceses implicados en esas redes yihadistas, de los que 441 están en Siria e Irak, donde han muerto 133 personas de nacionalidad francesa.

Desde hace un año, el Ejército galo ya opera contra ese grupo terrorista en Irak con cazas Rafale y Mirage 2000 y un contingente de más de setecientos efectivos, pero en Siria se limitaba hasta ahora a enviar armas y equipos de telecomunicaciones a los rebeldes.

Pese a iniciar los bombardeos, las autoridades francesas volvieron a preconizar hoy que solo un proceso de transición política pondrá fin al conflicto en Siria, aunque el actual presidente, Bachar al Asad, no debería ser en ningún caso parte de la solución.

"El proceso requiere que todas las partes estén involucradas. Francia está hablando con todas ellas y no estamos excluyendo a nadie", dijo Hollande.

Sin embargo, Francia sigue siendo uno de los más firmes defensores de que Al Asad abandone el poder, como parte de una "transición política y democrática, sobre la base de las conversaciones de Ginebra, con los elementos moderados de la oposición y con elementos del régimen", según Valls.

Con ese objetivo Hollande abordó la cuestión siria en una entrevista bilateral con el presidente iraní, Hasan Rohani, y hará lo mismo próximamente con su homólogo ruso, Vladímir Putin.