Los presidentes de EE.UU., Barack Obama, y de Rusia, Vladimir Putin, tuvieron este lunes su primera reunión formal en más de dos años, que sirvió para reafirmar lo que ya habían dicho ante la Asamblea General de la ONU y certificar sus diferencias sobre el rol del régimen de Bachar Al Asad en el futuro de Siria.

La esperada reunión, celebrada en la sala de consultas del Consejo de Seguridad de la ONU, duró 95 minutos, más de lo previsto, pero no sirvió para llegar a ningún acercamiento entre Estados Unidos y Rusia sobre cómo resolver la crisis que desangra a Siria desde hace más de cuatro años.

Según un alto funcionario estadounidense, Obama y Putin coincidieron en la necesidad de buscar una "solución política" al conflicto en Siria, pero están fundamentalmente en desacuerdo sobre algo crucial, como el papel que debe jugar el presidente Asad.

Para EE.UU., Asad tiene que irse y así lo ha mantenido desde que empezó la crisis, mientras Rusia defiende su legitimidad.

"Creo que los rusos sin duda entendieron la importancia de que haya una solución política en Siria y un proceso que persiga esa solución", pero "tenemos diferencias en lo que sería el resultado de ese proceso", en particular en lo relativo a Asad, relató la fuente bajo anonimato.

Por su parte, Putin habló con los medios rusos tras el encuentro con Obama, del que dijo que fue "sorpresivamente franco y constructivo".

Según la televisión rusa Russia Today (RT), Putin negó que Moscú tenga o vaya a tener tropas en Siria, aunque el Kremlin ha aumentado recientemente su apoyo militar al régimen de Asad.

Sobre los bombardeos contra posiciones del Estado Islámico (EI) en Siria de la coalición internacional que lidera EE.UU., Putin dijo que nadie sabe si están siendo efectivos y no excluyó la posibilidad de que Rusia pueda sumarse a esos ataques, aunque recordó que actualmente no son "legales" porque no están bajo el paraguas de la ONU.

Tanto Putin como Obama hablaron durante la mañana ante la Asamblea General de la ONU y allí expusieron muy claramente sus posturas sobre Siria.

En su discurso ante la Asamblea, Obama insistió en que Asad debe renunciar para impulsar una "transición" que permita poner fin al conflicto, mientras que Putin, en su intervención, pidió el apoyo de la comunidad internacional al "Gobierno legítimo" de Damasco.

"Estados Unidos está preparado para trabajar con todos los países, incluidos Rusia e Irán, para resolver el conflicto", pero "después de tanto derramamiento de sangre no podemos volver al 'statu quo' en Siria", señaló Obama.

Hoy mismo, su Gobierno intensificó los contactos con los países europeos y árabes que coinciden en que Asad debe abandonar el poder para alcanzar la paz en Siria, a través de una reunión del secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, con los ministros de Exteriores de Reino Unido, Francia, Alemania, Arabia Saudí, Jordania y Turquía.

A su turno ante la Asamblea General, Putin expresó su pleno respaldo al régimen de Asad porque, según dijo, sus fuerzas militares y las milicias kurdas son las únicas "que verdaderamente están luchando contra las organizaciones terroristas en Siria".

El líder del Kremlin adelantó, además, que quiere proponer la posibilidad de aprobar en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución que busca "coordinar acciones de todas las fuerzas que se enfrentan al Estado Islámico y otras organizaciones terroristas".

Hasta este lunes, la última reunión formal entre Obama y Putin había tenido lugar a mediados de 2013.

Unos meses después, a comienzos de 2014, comenzó la crisis ucraniana con la anexión rusa de Crimea, un asunto que ambos trataron también hoy tanto en la ONU como en su encuentro bilateral.

En su intervención ante la Asamblea, Obama defendió las sanciones impuestas a Rusia tras la anexión de Crimea porque, según dijo, EE.UU. no puede quedarse callado "cuando la soberanía y la integridad territorial de una nación se violan flagrantemente".

Por su parte, Putin denunció a su turno el uso de "sanciones unilaterales" para servir a "intereses políticos" y, al mismo tiempo, "eliminar competidores" económicos.

Durante su reunión, Obama reiteró a Putin el apoyo de EE.UU. a la "soberanía e integridad territorial" de Ucrania, al igual que el compromiso con la "implementación de los Acuerdos de Minsk", según el alto funcionario estadounidense.