La policía turca cargó este domingo con gases lacrimógenos y golpes de porra contra una muchedumbre que afluía a la plaza de Ankara donde ayer se produjo el doble atentado suicida, para honrar a los 95 muertos y dejar flores.

Las fuerzas de seguridad turcas erigieron barricadas en todas las calles que llevan a la explanada donde ayer se produjo el atentado más mortífero en la historia de Turquía, informan emisoras locales.

Los agentes no permitieron el paso a las delegaciones de varios partidos políticos y organizaciones cívicas que hoy pretendían celebrar un acto conmemorativo en el lugar.

Según un comunicado del partido de la izquierda pro-kurda HDP, cuarto en el Parlamento, la carga policial produjo algunos heridos en la delegación política, en la que se encontraban también altos cargos del socialdemócrata CHP, el mayor de la oposición.

Tras unas negociaciones con otros miembros de la delegación, la policía finalmente abrió las barricadas y permitió el paso a algunos grupos para colocar las flores.

Aunque el Gobierno ha condenado el atentado, la masacre ha reavivado las tensiones entre grandes sectores de la izquierda y el partido islamista AKP, en el poder desde 2002, a tres semanas de las elecciones generales anticipadas.

Gritos contra Erdogan

Miles de personas se han manifestado este domingo para homenajear a las víctimas del doble atentado. Durante la concentración, se han escuchado gritos contra el Gobierno y el presidente, Recep Tayyip Erdogan.

La plaza Sihhiye fue el escenario de este acto, con agentes antidisturbios para impedir el posible avance de la concentración hacia el barrio donde están ubicados el Parlamento y las oficinas del Gobierno.

Parte de los asistentes han tachado de "asesinos" a Erdogan y a la policía, a los que responsabilizan de la muerte de casi un centenar de personas por un doble atentado suicida ocurrido precisamente en otra manifestación. Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad de este ataque.

El Gobierno ha reconocido que trabaja con varias hipótesis, entre ellas Estado Islámico y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). En este sentido, ha dicho trabajar para "identificar a los responsables del ataque y llevarlos rápidamente ante la Justicia".