La minoría musulmana chií en Pakistán volvió a sufrir hoy un nuevo ataque que ha dejado al menos 22 muertos y alrededor de 40 heridos, muchos de ellos niños, al comienzo de la celebración de la festividad de la "ashura" por parte de esta comunidad, contra la que se suceden ataques sectarios.

Un suicida hizo explotar una bomba en la ciudad sureña de Jacobabad durante una procesión de martirio con la que los chiíes recuerdan el tormento de Husein, nieto de Mahoma, justo en el momento en que pasaba la primera fila, en la que iban muchos niños.

"Hizo explotar la bomba en la primera fila de los participantes, en la que la mayoría eran niños, en la procesión de Muharram", dijo a Efe un portavoz policial, Khuda Bakhsh.

"La Policía encontró la cabeza del suicida en el lugar", aseguró a Efe un inspector general adjunto de la Policía en la provincia de Sindh, Sain Rakhio Mirani, donde se encuentra Jacobabad.

El director provincial de Salud, Ghulam Murtaza, confirmó que al menos 22 personas murieron y otras 40 sufrieron heridas.

Un trabajador de los equipos de emergencia desplazados al lugar, Muhammad Urs, declaró que entre los fallecidos se encuentran siete niños y subrayó que 20 de los heridos fueron trasladados a la base aérea de Shahbaz para ser evacuados en avión, ya que "hay escasez de medicinas y personal médico en el hospital local".

El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, que se encuentra de visita oficial en Estados Unidos, condenó enérgicamente el atentado, en un comunicado en el que expresó sus condolencias a las familias de los fallecidos.

Hasta el momento ningún grupo ha reivindicado la autoría del atentado.

El Consejo de Ulemas o maestros en Derecho islámico de los chiíes paquistaníes calificó a los autores del atentado de "enemigos del islam y de Pakistán".

Las celebraciones por parte de esta minoría "continuarán con el mismo fervor religioso, por lo que se están tomando medidas infalibles para la protección de las procesiones", subrayó este órgano religioso en un comunicado.

Refuerzo de la seguridad

Las autoridades paquistaníes habían reforzado la seguridad en gran parte del país con motivo de Muharram o primer mes del calendario musulmán, cuando los chiíes celebran la "ashura", una festividad durante la que tradicionalmente han sido objeto de atentados sectarios en Pakistán, república islámica de mayoría suní.

La Policía y el Ejército paquistaníes han desplegado efectivos en los lugares de celebración y se ha restringido la telefonía móvil y el acceso a Internet.

Pese al incremento de la seguridad, la minoría chií ya fue objeto de un ataque ayer en el sur del país con otra explosión de un artefacto en la que murieron diez personas y siete resultaron heridas en la provincia de Baluchistán, vecina de Sindh.

El ataque se produjo en un "imambargh" o lugar de culto y reunión chií después de la puesta del sol, cuando los chiíes empiezan sus congregaciones por Muharram.

Los atentados de carácter sectario en Pakistán, en especial contra la minoría chií, que representa un 20 % de la población del país, se han incrementado en los últimos años en medio del recrudecimiento general de la violencia terrorista desde finales de 2012.

Este año esa comunidad ha sufrido varios ataques. En la misma provincia de Sindh, murieron en enero 58 fieles en un atentado dentro de una mezquita en Shikarpur, que desencadenó protestas de esta minoría en varias partes del país.

En mayo, 45 peregrinos perdieron la vida en un autobús en Karachi, capital de la provincia, al ser tiroteados por un grupo de hombres armados.

La organización estadounidense pro derechos humanos Human Rights Watch ha denunciado que la violencia sectaria en Pakistán, sobre todo contra los chiíes, sigue siendo "muy alta", con al menos 750 muertos entre septiembre de 2013 y el mismo mes de 2014.