El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, aseguró hoy que Rusia apoya el cierre de la frontera entre Siria y Turquía, medida propuesta por el presidente francés, François Hollande.

"Estamos convencidos de que al cerrar la frontera solucionaríamos en gran medida la tarea de acabar con el terrorismo en el territorio de Siria", dijo Lavrov en rueda de prensa conjunta con el ministro de Exteriores sirio, Walid al Mualem.

Lavrov recordó que Hollande "propuso adoptar medidas concretas para cerrar la frontera entre Turquía y Siria" durante su reciente reunión con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. "Rusia apoya activamente esta iniciativa y está abierta a consensuar pasos prácticos, eso sí, se sobreentiende que en coordinación con las autoridades sirias", dijo.

El jefe de la diplomacia rusa volvió a acusar a Ankara de beneficiarse del tráfico ilegal de petróleo a través de Siria, principal fuente de financiación del Estado Islámico.

Y subrayó que no es casual que los turcos empezaran a "ponerse nerviosos" justo cuando la aviación rusa comenzó a centrar sus ataques en las refinerías y en las kilométricas caravanas con camiones cisterna con destino a Turquía.

"Cada vez tenemos más dudas sobre las auténticas intenciones de Ankara y su grado de interés en acabar con el terrorismo, en particular, en Siria", afirmó Lavrov tras reunirse con su colega sirio en Moscú.

Lavrov subrayó que "el foco terrorista sólo puede ser arrancado de raíz sin caer en dobles raseros" a la hora de combatir la amenaza yihadista.

"Especial responsabilidad a la hora de renunciar a los dobles raseros y sumarse a un frente unido contra el terrorismo la tienen los países que son vecinos de Siria", agregó.

El presidente ruso, Vladímir Putin, acordó anoche en el Kremlin con Hollande coordinar las acciones militares de ambos países contra el Estado Islámico, con especial atención en las infraestructuras petroleras bajo su control.

Imposición de visados

Rusia anunció hoy que impondrá la necesidad de visados a Turquía a partir del 1 de enero de 2016 en represalia por el derribo esta semana del bombardero ruso Su-24 en la frontera con Siria.

"Los dirigentes rusos han tomado la decisión de suspender el régimen sin visados en vigor actualmente entre Rusia y Turquía", dijo Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso, en rueda de prensa.

Lavrov, que ya había recomendado a los rusos que no viajen a ese país y a los que ya se encuentra allí que regresen cuanto antes, subrayó que el motivo es la latente amenaza terrorista en Turquía, país que limita con Siria.

"Esta amenaza no es un invento, es muy real. Nosotros informamos de ella a los ciudadanos rusos con toda la responsabilidad", dijo.

El acuerdo de exención de visados fue suscrito por los Gobiernos de ambos países en 2010 y entró en vigor en abril de 2011, lo que disparó el flujo de turistas a Turquía, su segundo destino tras Egipto.

Según el Gobierno, casi 10.000 rusos se encuentran en estos momentos en Turquía, adonde muchos viajaron después de que el Kremlin prohibiera los viajes a Egipto tras el atentado contra el avión ruso dinamitado con 224 turistas en la península del Sinaí.

La agencia estatal de turismo, Rosturism, adelantó que todos esos viajeros estarán de regreso en Rusia el 7 de diciembre, con la excepción de 34 que tienen billete de vuelta para el 26 del mismo mes.

Rosturism estima en unos 10.000 millones de dólares el perjuicio anual para Ankara debido a la pérdida del mercado ruso, ya que unos 4,4 millones de turistas procedentes de este país descansan anualmente en Turquía.

Al mismo tiempo, el Gobierno, que tachó de "acto de agresión" el derribo del avión ruso por un caza turco, adelantó que mañana, sábado, anunciará un paquete de medidas contra Ankara, que podrían afectar al comercio bilateral, las inversiones y el turismo.

El presidente ruso, Vladímir Putin, lamentó ayer que su colega turco, Recep Tayyip Erdogan, se niegue a ofrecer disculpas formales y a compensar la pérdida del bombardero.