El Papa Francisco ha dado una nota final de sorpresa a su visita a la isla griega de Lesbos y se ha llevado en el avión papal a 10 refugiados. "Después de lo que he visto, de lo que habéis visto, en aquel campo de refugiados, era para llorar", dijo el pontífice a los medios de comunicación que viajaron con él en el avión que le devolvió a Roma de regreso de Lesbos, informó el diario italiano "La Stampa".

El papa contó que se ha traído dibujos hechos por niños del campamento de refugiados de Moria. "He traído dibujos para enseñarlos. ¿Qué quieren los niños? Paz. Es cierto que en el campamento tienen cursos de educación, pero ¡qué cosas han visto esos niños!", comentó el pontífice.

"Aquí se ve un dibujo donde se ve a un niño que se ahoga. Esto lo llevan en el corazón, hoy de verdad era de llorar. Tienen esto en la memoria", dijo el papa.

El Papa ha sumado un gesto práctico al llamamiento lanzado previamente por él y los líderes de la iglesia ortodoxa, Bartolomé de Constantinopla y Jerónimo II, arzobispo de Atenas, a los líderes internacionales en los que les pidieron mostrar más responsabilidad en esta crisis.

Según informan los medios griegos, se trata de ocho sirios y dos afganos, miembros de tres familias.

Todos provienen del centro de acogida de Kara Tepé, un campamento abierto, situado en las cercanías del centro de Moria, el que visitó hoy el papa y que alberga a los grupos más vulnerables.

Los medios italianos hablan de doce personas y señalan que serán acogidas por la comunidad Sant'Egidio.

Con este gesto, Francisco culmina una breve visita cargada de simbolismo a Lesbos y especialmente a Moria, convertido en centro de detención en virtud del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía que contempla la devolución de refugiados.

El avión papal partió del aeropuerto de Mitilene a las 15.15 hora local (12.15 GMT) y se espera que llegue a Roma a 16.30 hora local (14.30 GMT).

En el aeropuerto Francisco volvió a reunirse brevemente con el primer ministro, Alexis Tsipras, por un lado, y con el arzobispo de Atenas y toda Grecia Jerónimo II y el patriarca ecuménico Bartolomé, por el otro.

Durante su visita a Lesbos, el papa recorrió junto a los otros dos líderes religiosos el campo de refugiados de Moria, donde escucharon los testimonios de muchos refugiados y donde almorzaron con varias familias.

En el puerto de Mitilene, la capital de Lesbos, Francisco habló ante ciudadanos y junto con Bartolomé y Jerónimo II arrojaron al mar tres coronas de laurel al mar, en recuerdo de las víctimas de la migración.

Llamamiento a la UE

Francisco ha llamado a la "solidaridad y responsabilidad" de la Unión Europea con los refugiados, que "no son números sino personas", ha pedido que se respeten sus derechos humanos y ha reclamado que se pongan en marcha "políticas de gran alcance" que vayan a la raíz de la crisis y lleven paz a los países de los que huyen estas personas.

"La preocupación de las instituciones y de la gente, tanto aquí en Grecia como en otros países de Europa, es comprensible y legítima. Sin embargo, no debemos olvidar que los emigrantes, antes que números son personas, son rostros, nombres, historias. Europa es la patria de los derechos humanos, y cualquiera que ponga pie en suelo europeo debería poder experimentarlo", ha subrayado el Pontífice desde el Puerto de Mytilene (Lesbos), donde se ha encontrado con los ciudadanos de la isla y con la pequeña comunidad católica, entre los que se encontraba también el presidente de Mensajeros de la Paz, el padre Ángel García.

Allí, tras guardar un minuto de silencio y rezar por las víctimas de la crisis de refugiados, el Papa, el Patriarca Ecuménico de Constantinopla Bartolomé y el arzobispo de Atenas y de toda Grecia Jerónimo, han lanzado al mar tres coronas de laurel en recuerdo de todos los refugiados que han muerto en esas aguas intentando alcanzar el continente europeo, entre ellos, muchos niños "víctimas de un viaje inhumano y sometidos a las vejaciones de verdugos infames".

"Quisiera renovar hoy el vehemente llamamiento a la responsabilidad y a la solidaridad frente a una situación tan dramática. Muchos de los refugiados que se encuentran en esta isla y en otras partes de Grecia están viviendo en unas condiciones críticas, en un clima de ansiedad y de miedo, a veces de desesperación", ha añadido.

No obstante, ha apuntado que para ser realmente solidarios con estas personas que huyen de su propia tierra "no basta con limitarse a salir al paso de la emergencia del momento" sino que "hay que desarrollar políticas de gran alcance, no unilaterales".

Concretamente, ha insistido en la necesidad de construir la paz en los países de estos refugiados e "impedir que este cáncer se propague"; de "oponerse firmemente a la proliferación y al tráfico de armas, y sus tramas a menudo ocultas"; y de "dejar sin apoyos a todos los que conciben proyectos de odio y de violencia". También ha llamado a eliminar las "barreras" que crean "división y enfrentamientos".

Por el contrario, ha apostado por "promover sin descanso la colaboración entre los países, las organizaciones internacionales y las instituciones humanitarias" y ha mostrado su esperanza en que tenga éxito la primera Cumbre Humanitaria Mundial, que se celebrará en Estambul el próximo mes de mayo.

El Pontífice también ha pronunciado una oración en la que ha pedido a Dios que libre a las naciones y a sus habitantes "del sopor de la indiferencia, fruto del bienestar" para que "reconozcan como sus hermanos y hermanas a quienes llegan a estas costas". A este rezo se han unido el Patriarca Bartolomé y el arzobispo Jerónimo, que han pedido por todas las personas que han perdido la vida en el mar Mediterráneo mientras huían de la guerra y la persecución en su tierra.

Desde este puerto, el Papa ha puesto rumbo al aeropuerto de Lesbos, donde tomará el avión de vuelta a Roma, concluyendo así su visita a esta isla que tiene como objetivo poner la crisis de los refugiados en el foco de atención de todo el mundo, dar aliento a estas personas y mover conciencias.