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Ángela María Robledo

"Es preferible la paz, aunque sea imperfecta"

La firma de la paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) parece inminente tras una guerra que ha durado casi 60 años y en la que ocho de cada diez víctimas son civiles.

¿Cómo afronta Colombia los acuerdos de paz?

No es fácil para el país imaginarnos qué es vivir en paz. Esta guerra lleva casi 60 años y eso significa que una gran parte de la población nacimos en guerra y no queremos morir en ella. El conflicto ha roto el país en dos colombias. Una, la que habitamos desde las grandes ciudades, y la otra, la Colombia profunda, que son unos 500 municipios que se desangran en la guerra y que son los que han puesto la piel y el cuero en este conflicto.

Ha habido otros intentos de paz anteriormente. ¿Qué diferencia a este proceso?

Muchas cosas. En primer lugar, que se ha colocado a las víctimas y a sus exigencias en el centro del proceso. También hay un aspecto metodológico, con una agenda más precisa que da factibilidad a los acuerdos. Además se ha impulsado un ejercicio pedagógico y hemos escuchado a víctimas, negociadores y políticos que participaron en procesos como el de Irlanda del Norte, el de El Salvador o el de Guatemala. Y otro aspecto fundamental es que según los expertos, esta vez sí hay una voluntad de dejar las armas y romper esa conexión entre política y violencia que han ejercido tanto las guerrillas como los partidos políticos liberales y conservadores en Colombia.

¿Cómo ha sufrido la mujer la guerra en Colombia?

Hay ocho millones de víctimas directas, y el 85 % de los supervivientes son mujeres, niños y jóvenes, ya que los hombres generalmente son asesinados. La violencia sobre la mujer en la guerra ha sido invisibilizada y naturalizada y la violencia sexual ha sido utilizada por diferentes actores como parte de su estrategia. El mayor peso de la guerra en Colombia ha recaído sobre las mujeres.

¿Cómo se va a garantizar la participación política de las personas que han pertenecido a las FARC?

Éste es uno de los puntos más complejos. Aunque en la Constitución se reconoce la figura del rebelde y su posibilidad de levantarse en armas frente a un estado que se considera injusto, no se contempla la participación política del subversivo. Ahora el reto está en abrir el espacio con un proceso constituyente para que esto sí sea posible. Algunos consideran que podrían hacerlo cuando paguen sus sanciones íntegramente. Otros consideramos que si no se abre la participación política a quienes hoy son subversivos, el riesgo para el proceso de paz es enorme. Para mí la guerrilla colombiana no es terrorismo, sí incurrieron en actos terroristas, pero el origen de su levantamiento en armas fue un origen político. Fue una redistribución de la tierra inequitativa, fue el cierre a la participación política de actores diferentes a los partidos liberales y conservadores, fue una estigmatización de los defensores de derechos humanos. Y todas estas causas políticas están vigentes hoy. Sin armas tendrían todo el derecho a salir a defender su proyecto de sociedad.

¿Es por este discurso por el que te han acusado de guerrillera o de ser cercana a ellas?

Me han acusado porque la guerra rompe y polariza. A quienes hemos impulsado el proceso pero no formamos parte del gobierno nos han querido poner del lado de la insurgencia o la guerrilla. Pero yo soy una mujer de paz y en mi agenda, esa es mi prioridad , porque considero que es preferible una paz imperfecta a una guerra eterna.

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