Lauraetta Januzze se encontraba con su hijo en el centro comercial Olympia de Múnich cuando se produjo el tiroteo por parte de un joven de 18 años que acabó con la vida de nueve personas y acto seguido se suicidó.

La mujer, tal como recoge el periódico Noticias 24, afirma que escuchó los disparos: "Estuve en el baño con mi hijoy sólo vi al tirador disparando directamente a las caras de los niños".

También Alberto, un vasco miembro de la Euskal Etxea de Múnich, ha contado su experiencia tras el tiroteo como se registra en ETB. "Se ha producido en la ciudad una estampida de pánico", ha explicado. Otros testigos que no se encontraban en el centro comercial señalan que en cualquier punto de la ciudad de Múnich la presencia de efectivos armados era muy evidente.

Las autoridades decidieron parar toda actividad de la ciudad (funcionamiento del metro, tren, establecimientos, carreteras?) y pidieron a los ciudadanos que fueran a su casa o se mantuvieran encerrados allí donde estuvieran ya que el nivel de alerta por amenaza terrorista era muy elevada.

Españoles se refugiaron durante horas en un cajero tras tiroteo de Múnich

Un grupo de diez vecinos de Loja (Granada) de vacaciones desde el jueves en Alemania, y que se encontraba en una de las zonas de Múnich desalojadas ayer tras el tiroteo, relata la "locura y pánico" que vivió la ciudad y su refugio durante horas en un cajero.

Juan María Jiménez trabaja en la radio municipal de Loja y ayer pretendía disfrutar del Múnich turístico junto a otros nueve granadinos de entre 23 y 65 años, cuando comenzó el tiroteo en un centro comercial y se desataron todas las alarmas.

Jiménez ha detallado a Efe que el grupo se encontraba a unos cinco kilómetros del centro comercial, en una zona cercana a la céntrica plaza Karisplatz, que fue desalojada por la alerta de un segundo tiroteo que no fue real.

"Estábamos en un comercio cuando la cara de la cajera cambió y una voz en alemán pidió desalojar el centro y ya todo el mundo empezó a correr", ha recordado este lojeño, que como el resto de clientes abandonó el local y buscó refugio.

El grupo se resguardó dentro del habitáculo de un cajero automático, desde el que vieron que las calles se quedaban vacías de viandantes y se llenaban de agentes con metralletas, coches policiales y el sonido de sirenas.

"Vimos a un policía y cuando le íbamos a preguntar, corrió con la metralleta hacia una calle cercana al cajero en el que estábamos y volvimos a refugiarnos", ha explicado Jiménez, que aconsejado por el Consulado de España se refugió en un lujoso hotel cercano con sus acompañantes, hotel en el que compartieron la tensa espera con otros cinco españoles de la Comunidad Valenciana y Murcia.

Ha detallado que el centro en el que estaban cerró, que los tranvías se acumulaban por el cierre del transporte público y que la gente a su alrededor corría, "incluso vimos un carrito de bebé abandonado".

"Pensamos que era un atentado porque todo era una locura y pánico, hasta que las calles se quedaron desiertas y no podíamos salir del centro", ha relatado este andaluz, que tuvo que permanecer en el hotel hasta las dos de la madrugada, momento en el que el grupo logró tres taxis para dirigirse a su alojamiento.

Ninguno de los integrantes habla alemán, lo que generó más incertidumbre y miedo, aunque se mantuvieron informados por los medios de comunicación españoles.

"En ese momento solo piensas en correr y refugiarte, el miedo te para la cabeza, pero cuando pasan las horas contemplas las calles vacías, desiertas", ha recordado.

El grupo alertó a sus familiares y amigos de que estaban bien y ya a salvo en su hotel, tras lo que descansaron para intentar recuperar desde hoy la normalidad y disfrutar de lo que les queda de vacaciones.