El Ministerio de Defensa de Rusia ha confirmado la muerte de las cinco personas que iban a bordo del helicóptero militar que ha sido derribado este lunes en Idleb, una provincia del norte de Siria controlada por los rebeldes.

El helicóptero, un Mi-8, ha sido derribado cuando regresaba a la base militar de Hmeymim tras entregar ayuda humanitaria en la ciudad de Alepo, donde Rusia ha propuesto crear corredores humanitarios para los civiles atrapados en zona rebelde.

A bordo del helicóptero viajaban cinco personas, tres tripulantes y dos miembros del Centro Ruso para la Reconciliación en Siria, que "han fallecido heroicamente al tratar de desviar el aparato para minimizar las víctimas en tierra", ha contado el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.

Aunque aún se desconoce la autoría de este ataque, la televisión regional Orient News, vinculada a los rebeldes, ha asegurado que éstos han derribado el helicóptero.

Peskov ha aprovechado la rueda de prensa para subrayar que el Kremlin seguirá luchando contra el terrorismo internacional "en todos sus frentes", a pesar de las recientes amenazas del Estado Islámico contra Rusia.

"Se están tomando las medidas necesarias a nivel del Ministerio de Defensa", para responder a la amenaza yihadista, ha afirmado Peskov, según la agencia de noticias Sputnik.

Casi 5.000 muertos en Siria durante el mes de julio

Al menos 4.794 personas han muerto por la violencia durante el pasado mes de julio en Siria, una cifra inferior a la de junio, cuando se registraron 4.823 fallecidos, según el recuento publicado hoy por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Durante el último mes, al menos 1.590 civiles han perdido la vida, entre ellos 341 menores y 213 mujeres.

De esos civiles, el mayor número -799- perecieron por los bombardeos de aviones sirios y rusos; mientras que 45 fueron asesinados por el grupo terrorista Estado Islámico (EI); 163, por el impacto de cohetes lanzados por facciones opositoras; y 148, por bombardeos de la coalición internacional, entre otros motivos.

También, hay catorce civiles sirios, uno de ellos menor de edad, que fueron abatidos por la guardia fronteriza turca.

Por otro lado, al menos 617 combatientes sirios de facciones rebeldes, islámicas y de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una coalición armada kurdo árabe, murieron el mes pasado.

A ellos se suman 1.262 guerrilleros extranjeros del EI, del antiguo Frente al Nusra (cuyo nombre actual es Frente de la Conquista del Levante) y de otras organizaciones radicales, como el Ejército de los Emigrantes y de los Seguidores.

Dentro del bando de los opositores al Gobierno sirio, hay también tres desertores de las fuerzas gubernamentales sirias que perdieron la vida.

En las filas del régimen, hubo 554 bajas de efectivos de las fuerzas regulares y 643 de miembros de milicias sirias leales al presidente sirio, Bachar al Asad, a las que se añaden cuatro combatientes del grupo libanés Hizbulá y noventa guerrilleros chiíes de otras nacionalidades.

El Observatorio apuntó que hay también 31 muertos cuya identidad no se ha podido esclarecer.

Siria sufre desde hace más de cinco años un conflicto, que ha causado más de 280.000 fallecidos, de acuerdo a lo datos del Observatorio.