El jefe de la junta militar que gobierna Tailandia desde el golpe de Estado de mayo de 2014, el general Prayuth Chan Ocha, ha asegurado que no renunciará aunque la nueva Constitución sea rechazada en el referéndum que se celebra este domingo.

El general Prayuth ha dicho, además, que pase lo que pase en la consulta se celebrarán elecciones parlamentarias en 2017. "Emplazo a todo el mundo a venir y votar para decidir el futuro del país", ha afirmado el jefe de la junta castrense, tras votar en un colegio electoral del noroeste de Bangkok.

El general de la Policía Piyaphan Pingmuang ha asegurado que la jornada electoral se ha desarrollado sin incidentes al menos hasta mediada la tarde. "No ha habido incidentes que denoten manifestaciones o movimientos políticos hoy", ha señalado. Las autoridades han desplegado unos 200.000 policías en todo el país para garantizar la seguridad en el referéndum.

Por su parte, el vicesecretario general de la Comisión Electoral de Tailandia, Boonyakiat Rakchartcharoen, ha dicho que se han registrado 21 casos en los que los electores han roto su papeleta de voto, algunos de forma accidental y otros de forma deliberada. Según el diario 'The Nation', un hombre ha sido detenido cuando ha roto su papeleta al grito de 'viva la democracia' en un colegio electoral de Bangkok.

El sábado, dos estudiantes fueron arrestados por repartir panfletos animando a votar contra la Constitución en la provincia de Chaiyaphum, en el noreste del país.

La junta, que se presenta con el nombre oficial de Consejo Nacional para la Paz y el Orden, ha prohibido hacer debate o campaña a favor y en contra de la Constitución y ha detenido a decenas de personas que han manifestado su rechazo a la nueva Carta Magna.

Denuncias de Amnistía Internacional

Amnistía Internacional denunción el viernes que la junta militar ha creado un clima de temor antes del referéndum con continuas violaciones de los Derechos Humanos. La consulta sobre la nueva Carta Magna llega en un momento en el que se teme por la salud del jefe del Estado, el rey Bhumibol Adulyadej, de 88 años de edad. Durante décadas, las Fuerzas Armadas han justificado su intervención en la política por la necesidad de defender a la monarquía.

Los críticos denuncian que la nueva Carta Magna, impulsada por las autoridades castrenses, busca impedir la vuelta al poder de Thaksin Shinawatra, el primer ministro derrocado por un golpe de Estado en 2006, y su hermana Yingluck Shinawatra, cuyo ejecutivo fue tumbado por el golpe del general Prayuth en 2014.

Thaksin vive en un exilio autoimpuesto desde el golpe de Estado de 2006 pero mantiene su influencia en el país. Su hermana Yingluck, a la que el Parlamento nombrado por la junta le prohibió en 2015 volver a participar en la vida política durante cinco años, ha ejercido este domingo su derecho al voto en la consulta sobre el texto constitucional.

"Estoy feliz por haber podido ejercer mi derecho al voto como tailandesa", ha explicado Yingluck, en declaraciones a la prensa, antes de animar a los ciudadanos a acudir a las urnas. Thaksin ha rechazado de plano la nueva Constitución, al igual que Yingluck, y ha advertido de que solo servirá para mantener la influencia de los militares en la política.

La nueva Constitución, que será la vigésima Carta Magna desde que las Fuerzas Armadas abolieron en 1932 la monarquía absoluta, establece que los senadores, elegidos directamente por la junta castrense, podrán revisar las decisiones que adopten los diputados, elegidos por sufragio directo.

A pesar de la prohibición expresa para que no haya campaña política sobre el texto constitucional, la junta del general Prayuth ha desplegado miles de cadetes militares para animar a los 50 millones de electores tailandeses a acudir a las urnas este domingo. La Comisión Electoral augura una participación del 80 por ciento en el referéndum.