Los sondeos vaticinan una larga noche electoral y un resultado más ajustado de lo que en un principio se pensaba. La candidata demócrata aventaja en un punto y medio al candidato republicano Donald Trump, según el último tracking de Real Clear Politics. Esta igualdad ha provocado que partidarios y detractores de los candidatos estén llevando la campaña a la calle y estén llenando las paredes de las ciudades de grafitis, carteles y pintadas a favor y en contra de su opción política.

En Nueva York y Washington DC, dos ciudades eminentemente demócratas, los carteles en contra de Donal Trump son numerosos. Más que los favorables a Hillary Clinton, que desata las pasiones en determinados sectores de la población como las mujeres progresistas y el colectivo negro pero que tampoco genera excesivo entusiasmo en el electorado demócrata mayoritario. Así, es más fácil encontrar referencias negativas contra Trump, muchas de ellas en español, lo que demuestra con quién está la comunidad latina tras los desplantes del candidato GOP.

Los edificios de Trump en ambas ciudades también se han convertido en escenario de la batalla política. Recientemente y animados por los sondeos, los partidarios del magnate han empezado a acudir a estos centros para mostrar su apoyo con el lema de su campaña "make America great again", hagamos una América grande otra vez. Ayer, en las puertas de la torre Trump en la Quinta Avenida de Nueva York era apreciable la tensión entre los amigos y enemigos del empresario. Hace semanas que el grupo antiterrorista de la policía tiene blindada la zona, aunque permite las concentraciones siempre que no interfieran en el paso.

Si en la calle ya se empieza a palpar la tensión más se notará en los próximos días pues los anuncios publicados en las televisiones privadas son más agresivos. La campaña republicana ha optado por usar el argumento de la investigación del FBI sobre los correos electrónicos de Clinton y sus colaboradores cuando estuvo en la secretaría de Estado en el gobierno de Obama. Acusaciones de corrupción con el título "una carrera de escándalos". Ataque al flanco débil de la demócrata, su dilatada carrera política y su mimetismo con los "burócratas de Washington". Una figura odiada por las clases sociales más desfavorecidads.

Desde la campaña demócrata han optado por atacar a Trump por sus opiniones sobre las minorías. "América no es como Trump", es el lema de los anuncios críticos con el candidato republicano. Así, imágenes de asiáticos, latinos o afroamericanos junto a la candidata Clinton para mostrar su multiculturalidad. Las minorías, sobre todo la latina, pueden ser clave, sobre todo en Florida, Arizona y hasta Texas, territorio historicamente republicano.

Pero tan tensas se han puesto las cosas en televisión que un aspirante a senador republicano, Jason Kander, ha grabado un anuncio con los ojos vendados y montando un fusil de asalto. Su intención, defender la segunda enmienda de la Constitución americana, es decir, la posibilidad de portar armas de fuego. Eso sí, con una matiz. El republicano propone que se compruebe el historial delictivo de las personas que adquieren armas de fuego "para evitar que los terroristas se hagan con ellas". Kander se muestra como un excombatiente en Afganistán algo que, a su entender, le convierte en un garante de la seguridad nacional.

Mientras, la campaña continuaba ayer con los candidatos y sus valedores en los estados indecisos. Donald Trump estuvo en Miami (Florida) donde cargó contra Clinton por la investigación del FBI. El candidato republicano acusó a su oponente de "delincuente" y volvió a repetir que acabará en la cárcel. También volvió a sacar a la palestra el asalto a la embajada de EEUU en Bengasi que acabó con numerosos muertos cuando Clinton era secretaria de Estado. El Congreso eximió a la candidata de responsabilidad, pero Trump continúa atacando a la demócrata por su gestión.

Clinton estuvo en Carolina del Norte, el estado que puede ser clave para su victoria si finalmente pierde Florida, es estos momentos hay un empate técnico. La candidata demócrata censuró a Donald Trump después de que el medio oficial del Ku Klux Klan haya mostrado su apoyo público al republicano. Trump se ha desentendido del apoyo de este colectivo pues ser identificado con este grupúsculo de la extrema derecha estadounidense podría llevarle a la derrota.

Por su parte, El presidente Obama, que está echando el resto en favor de Clinton, también estuvo en Florida y fue muy duro con Trump a quien considera "incapaz" para gobernar el país. Melani Trump estuvo en Pennsylvania, otro "swing estate", defendiendo a su marido de los ataques sobre su misoginia. Las dos campaña han desplegado todo su potencial. Y la crispación ya va llegando a la calle.