A excepción del siempre susceptible sector agrario, los dirigentes empresariales valencianos y los expertos académicos reaccionaron ayer a la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos con generalizada cautela, porque su programa económico real es una incógnita y porque, dicen, una cosa es lo que se afirma en campaña electoral y otra lo que se hace o te dejan hacer. El presidente de la patronal autonómica Cierval, José Vicente González, considera que «no es lo mismo el candidato que se pasa tres pueblos en casi todas las cosas al presidente del Gobierno», aunque si lleva a cabo «alguna de las barbaridades» que ha dicho durante la campaña entonces «sí será para preocuparse mucho». El mayor temor, como expresó el catedrático de Análisis Económico Joaquín Maudos, se encuentra en que el nuevo mandatario cumpla sus promesas de un mayor proteccionismo, porque «iría contra el comercio mundial y el crecimiento».
No obstante, el presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, José Vicente Morata, cree al respecto que la Unión Europea «es un aliado estratégico para Estados Unidos y continuará siéndolo». En su opinión, esas medidas irían sobre todo dirigidas contra China y el sudeste asiático en general, que son «la fábrica del mundo y les están invadiendo». Morata considera que, de todas formas, el proteccionismo «ya existe, porque pagamos aranceles por venderles azulejos, calzado o cítricos; de ahí que desde la Cámara estemos defendiendo el TTIP», es decir, el tratado de libre comercio entre la UE y EE UU herido de muerte al no haber sido cerrado durante la etapa de Barack Obama.
Más pesimistas se mostraron las organizaciones de productores. AVA y la Unió advirtieron del riesgo que genera la política proteccionista de Trump y su voluntad de aplicar aranceles. En su opinión, sería deseable que la UE frenara esa estrategia. Para los exportadores de cítricos (CGC), el problema «no es comercial, sino el necesario cumplimiento del estricto protocolo fitosanitario que nos imponen».
Globalización
Sin embargo, en la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) no ven nubarrones en el comercio: «Lo cierto es que la globalización va en contra de medidas proteccionistas, y a ambos lados del Atlántico les conviene impulsar sus debilitadas economías mediante el fomento de su comercio exterior. Por tanto, es dudoso que el nuevo inquilino de la Casa Blanca pueda optar finalmente por instaurar medidas proteccionistas, ya que el efecto inmediato sería la implantación de medidas de efecto equivalente en el resto de zonas comerciales». Si lo hiciera, «sí nos preocuparía» por la intensa apertura exterior de la Comunitat Valenciana, que vende a Estados Unidos entre el 7 % y el 8 % del total de exportaciones, aunque en los últimos meses se está produciendo una ralentización respecto a los crecimientos de dos dígitos de la etapa anterior. Según la Cámara, las empresas valencianas con vínculos con EE UU ascienden a unas 8.000, de las cuales 3.486 son exportadoras y 4.409, importadoras.
