Almussafes no es México y, por tanto, tampoco hay que temer por posibles barreras proteccionistas de la nueva administración norteamericana a la multinacionales que deslocalizan parte de su producción en otros países y no se fabrican en EE UU. Hasta ahora, los automóviles producido en la planta valenciana son la principal partida en las exportaciones de la Comunitat hacia Estados Unidos. En 2015 representaron un valor de 750 millones de euros, lo que supone un tercio del total de las ventas.
La factoría de Almussafes, que mantiene sus previsiones de exportación para el próximo año, colocó allí 55.000 unidades de los modelos Transit Connect y Tourneo. Este modelo es utilizado por los taxistas que circulan por Nueva York. La multinacional que preside Jesús Alonso en España exporta más del 90 % de su producción y el país norteamericano es uno de sus principales mercados y con perspectivas de crecimiento en estos últimos tiempos.
Sea como fuere y a la espera de las nuevas negociaciones entre EE UU y el Viejo Continente, las últimas revelaciones sobre las negociaciones que mantienen los Ejecutivos de la Unión Europea (UE) y de Estados Unidos sobre el Acuerdo de Libre Comercio y de Inversiones (TTIP, por sus siglas en inglés) alertaban de lleno a los fabricantes de automóviles y a los sectores agroalimentarios de España, y de la Comunitat Valenciana en particular. Según constata un documento de 248 páginas al que ha tenido acceso Greenpeace, el Gobierno de Estados Unidos amenazó con bloquear la reducción de los controles de entrada a su país de los vehículos europeos para forzar a la UE a aumentar la compra de productos agrícolas estadounidenses, sobre todo transgénicos.
