El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, afirmó este viernes que descarta que el Reino Unido vaya a utilizar la cooperación con los Veintisiete en materia de seguridad como "moneda de cambio" en las negociaciones sobre su salida del club comunitario y atribuyó esta interpretación a un "malentendido".

"Conozco suficientemente bien a la primera ministra británica, Theresa May, y su perspectiva sobre este tema. Por eso descarto la interpretación y especulación de que la cooperación en seguridad será utilizada como moneda de cambio. Debe ser un malentendido", afirmó Tusk en una rueda de prensa en la que presentó las directrices negociadoras de la UE de cara al Brexit.

"Nuestros socios son sabios y decentes y estoy seguro de que nadie está interesado en usar la cooperación en seguridad como moneda de cambio", añadió.

El político polaco incidió en que "después del último ataque en Londres debe estar claro que el terrorismo y la seguridad son nuestro problema común".

Además, la Unión Europea empezará a negociar la futura relación entre el bloque y el Reino Unido cuando haya "suficientes progresos" en el acuerdo de la salida británica de la UE, según el borrador de las directrices comunitarias publicado.

"Solo una vez hayamos logrado el suficiente progreso en la salida, podremos discutir el marco para la futura relación. Empezar conversaciones paralelas de todos los asuntos a la vez, como sugirió el Reino Unido, no va a ocurrir", advirtió Tusk.

Por su parte, el primer ministro de Malta, Josep Muscat, cuyo país preside la UE este semestre, incidió también en que no se van a producir "negociaciones paralelas" y que solo cuando haya un acuerdo con Reino Unido sobre los principios de su "retirada ordenada" y una vez que el Consejo Europeo considere que hay "suficientes progresos", se podrá comenzar a negociar el "nuevo acuerdo" con Londres.

Esos avances los determinará, insistió Muscat, solo el Consejo Europeo, mientras que Tusk precisó que será "probablemente en otoño" cuando se evalúe si esos progresos se han producido.

El documento reconoce que la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión "crea incertidumbres significativas que tienen el potencial de causar trastornos" para ese país, pero "también para otros Estados miembros".

Los ciudadanos "afrontan" la posibilidad de "perder" los derechos de los que disfrutan, mientras que las empresas y negocios "perderán la predictibilidad y certidumbre" derivada de la legislación europea, advierte el texto.

Por ello, apuesta por un enfoque negociador "en fases" que de prioridad a "una salida ordenada".

Las directrices establecen los principios que regirán las negociaciones y un enfoque "en fases", centrado en una primera etapa en "resolver la desconexión del Reino Unido de la Unión" y en "facilitar toda la claridad y certidumbre legal posible a sus ciudadanos, empresas y socios internacionales" sobre los efectos inmediatos de la salida británica de la Unión.

También menciona el pacto sobre los "arreglos para una retirada ordenada", así como las discusiones preliminares y preparatorias de la futura relación entre Bruselas y Londres y el principio de "sincera cooperación" entre las partes.

Visita a Theresa May

Tusk anunció además que visitará a Teresa May antes de la cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) que se celebrará el 29 de abril para aprobar las directrices del Brexit.

"Theresa May y yo hemos acordado estar en estrecho contacto durante el proceso. Por eso visitaré a la primera ministra en abril antes el Consejo europeo", dijo Tusk en la rueda de prensa en Malta al presentar las directrices negociadoras que seguirán los Veintisiete durante las discusiones para la salida del Reino Unido.