El comandante de Protección Civil de Portugal, Vítor Vaz Pinto, desmintió las informaciones sobre la caída de uno de los aviones que combaten en el fuego en Portugal, aunque admitió que recibieron esa noticia y enviaron efectivos a la zona del supuesto accidente.

"No tengo conocimiento de la caída de ningún avión" que haya sido contratado o que estuviese al servicio de la Autoridad Nacional de Protección Civil (ANPC), dijo Vaz Pinto en rueda de prensa.

No obstante, reconoció que se enviaron equipos de búsqueda a la zona, en las proximidades de Ouzenda, en el término municipal de Pedrógão Grande, al tiempo que precisó que allí había una caravana abandonada con botellas de gas en su interior que pudo haber explotado y crear "confusión".

Vaz Pinto no supo explicar cómo llegó a propagarse esa información, que ha generado gran confusión en el centro de control de Avelar, desde el que se coordinan las tareas de extinción del fuego que arrasa el centro de Portugal desde el pasado sábado.

El comandante explicó que se ha "reajustado el plan estratégico de acción" para combatir las llamas, misión en la que trabajan más de 1.200 efectivos terrestres, apoyados por medios aéreos, algunos enviados de España, Italia, Francia y, desde este tarde, también Marruecos.

Precisaron que el aparato no era español

A última hora de la tarde, fuentes de Protección Civil señalaron a EFE que un avión Canadair que estaba colaborando en el incendio forestal se había estrellado en el término municipal de Pedrógão Grande. Las fuentes precisaron que el aparato no era español.

Según señalaron, varias ambulancias y un helicóptero del Instituto Nacional de Emergencia Médica (INEM) se habían desplazado al lugar de los hechos, una zona de difícil acceso en Louriceira.

Fuentes del dispositivo español enviado a la zona aclararon a Europa Press que la aeronave accidentada no formaba parte de este despliegue de ayuda, a pesar de que medios locales habían citado la posibilidad de que fuese un avión extranjero.

El incendio de Pedrógão Grande se ha cobrado hasta ahora la vida de 64 personas, parte de las cuales quedaron atrapadas en una carretera mientras intentaban huir de las llamas. El primer ministro luso, António Costa, ha pedido a los servicios de emergencia que aclaren algunas dudas, entre ellas por qué estaba abierta al tráfico la nacional 236.