Acorralado por su ambigua reacción a la violencia racial de hace diez días en Charlottesville (Virginia), el presidente de EEUU, Donald Trump, adoptó este martes una estrategia defensiva y culpó a los medios de comunicación de manipular sus comentarios y de promover la división en el país.

El presidente reapareció tras unos días de contención en su escenario favorito: un mitin con sus incondicionales seguidores que abarrotaban por miles el Centro de Convenciones de Phoenix, en Arizona, y que también atrajo a centenares de detractores. Aquí, el presidente vaticinó el fin del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuyas renegociaciones apenas empezaron la semana pasada.

Trump habló de todo, pero se detuvo en los hechos ocurridos el 12 de agosto en Charlottesville, que le han generado numerosas críticas de líderes de su propio partido y el rechazo del mundo de los negocios, con numerosas dimisiones en sus consejos asesores de empresarios, que se vio obligado a disolver.

En Charlottesville, un neonazi mató a una mujer al arrollar con su vehículo una manifestación antifascista que protestaba por la presencia de ultraderechistas en la ciudad, que a su vez rechazaban la decisión del alcalde de retirar una estatua de la Confederación.

"Lo que pasó en Charlottesville golpea al corazón de EEUU", dijo Trump, que acto seguido sacó del bolsillo de su traje unos apuntes en los que tenía recopiladas todas sus declaraciones al respeto y con los que trató de convencer a los suyos de que condenó los hechos desde principio eludiendo sus comentarios más polémicos.

"Les di a los neonazis. Les di con todo. Cité a los supremacistas blancos, a los neonazis. Los cité a todos, veamos. El Ku Klux Klan, tenemos al Ku Klux Klan", recordó Trump, que acusó a los medios de comunicación de ignorar estas condenas y de citar comentarios selectivos para hacerle quedar mal y ahondar en la división del país.

Trump, sin embargo, no replicó sus comentarios más polémicos, en los que acusó por igual a "los dos bandos" -antifascistas y neonazis- de la violencia que terminó con el asesinato de la mujer.

Además de Charlottesville, Trump habló de muchos otros asuntos, empezando por el muro y la frontera, que este martes visitó por primera vez desde que es presidente.

Amenazó con un "cierre de Gobierno" si el Congreso no aprueba los fondos para construir el muro: "Créanme, si cerramos el Gobierno, vamos a construir ese muro".Vaticina el fin del TLCAN

También respecto a México, el presidente vaticinó el fin del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuyas renegociaciones apenas empezaron la semana pasada.

"Debo ser honesto (...) personalmente no creo que podamos alcanzar un acuerdo, porque se han aprovechado de nosotros de mala manera. Ellos han hecho grandes negocios, los dos países pero especialmente México, no creo que podamos alcanzar un acuerdo", dijo Trump.

"Creo -continuó- que probablemente terminaremos con el TLCAN en algún momento".

El presidente tuvo algunas de las pocas palabras conciliadoras del mitin para el líder norcoreano, Kim Jong-un: "Respeto el hecho, de que creo, que está empezando a respetarnos. Respeto eso, lo respeto mucho".

"Quizás, seguramente no, pero quizás algo positivo pueda salir de esto", añadió Trump, insinuando unos eventuales diálogos con Pyongyang tal y como también hizo horas antes su secretario de Estado, Rex Tillerson.

Y aunque en Arizona se esperaba que Trump anunciase un indulto para el polémico exsheriff Joe Arpaio, conocido por sus medidas antiinmigrantes, el presidente dijo que no quería "crear ninguna controversia" esta noche.

"Voy a hacer una predicción, creo que él va a estar bien", dijo sin embargo Trump, dejando claro que próximamente indultará al exsheriff, que podría ser condenado a seis meses de cárcel por desacato a los tribunales en un caso de discriminación racial a hispanos.

Una vez finalizado el mitin, policías lanzaron gases lacrimógenos contra algunos de los manifestantes que se habían acercado a Phoenix para protestar contra Trump y que a su vez lanzaron botellas y piedras a los uniformados, según la versión oficial.