El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, instó hoy al régimen norcoreano a no subestimar ni poner "a prueba" a los gobiernos de Washington y Seúl y a la comunidad internacional durante su intervención ante el Parlamento surcoreano.

"Hablo en nombre no solo de nuestros países, sino de todas las naciones civilizadas cuando le digo al Norte: no nos subestiméis y no nos pongáis a prueba. Defenderemos nuestra seguridad común, prosperidad compartida y sagrada libertad", afirmó Trump en un discurso pronunciado ante la Asamblea Nacional (Parlamento) en Seúl.

"No permitiremos que ciudades estadounidenses sean amenazadas con la destrucción. Y no permitiremos que las peores atrocidades de la historia se repitan aquí, en esta tierra por la que luchamos y morimos", añadió en referencia a la Guerra de Corea (1950-1953) y a las amenazas de Pyongyang contra territorio estadounidense.

En un discurso especialmente duro, Trump volvió a defender la exhibición de fuerza realizada por su país en la región con el despliegue de importantes activos militares y aseveró que quiere "la paz a través de la fuerza".

"EEUU nunca ha buscado el conflicto o la confrontación, pero no huiremos de ello", advirtió Trump, que enumeró los activos estratégicos que el Pentágono tiene desplegados en la región, entre ellos un submarino y tres portaaviones de propulsión nuclear.

El presidente estadounidense lanzó además un mensaje muy directo a Rusia y China, a cuyos gobiernos pidió "implementar completamente las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU (contra Corea del Norte), a reducir las relaciones diplomáticas con el régimen y a cortar todos los lazos de suministro comercial y tecnológico".

"Es nuestra responsabilidad y nuestro deber afrontar este peligro juntos, porque cuanto más esperemos el peligro se hará más grande y las opciones se reducirán", añadió.

Primera visita de Estado a China

Horas después Trump llegaba, acompañado de su esposa Melania, a Pekín para llevar a cabo una visita de Estado a China encaminada a mejorar los lazos entre las dos principales potencias mundiales.

El avión Air Force One aterrizó en la Terminal 3 del aeropuerto pequinés pasadas las 14:35 hora local (6:35 GMT), donde el mandatario fue recibido por autoridades del régimen comunista, una guardia de honor del Ejército de Liberación Popular y entusiasmados niños con las banderas de ambos países.

Trump y Melania, vestida de un negro casi enlutado a juego con la corbata oscura del presidente, descendieron la escalerilla unos 20 minutos después de que el avión aterrizara, caminaron por la alfombra roja desplegada para la ocasión y montaron en una limusina Cadillac.

En su primera visita a China como mandatario, Trump tiene previsto reunirse con su homólogo chino, Xi Jinping, mañana, cuando presidirá la celebración de un foro de negocios y la firma de varios acuerdos bilaterales en el Gran Palacio del Pueblo.

La visita sigue al encuentro que Xi y Trump mantuvieron en abril en la residencia privada del magnate estadounidense en Mar-a-Lago (Florida, EEUU), una reunión que limó diferencias entre dos gobiernos enfrentados tradicionalmente por cuestiones comerciales y diferencias ideológicas.

La jornada de hoy miércoles, de un corte más distendido que la de mañana, incluye una serie de actividades privadas con Xi y su esposa, la soprano Peng Liyuan.

Ambas parejas visitarán a la Ciudad Prohibida de Pekín, el antiguo palacio de los emperadores, donde tomarán el té, además de disfrutar de un espectáculo de ópera y posteriormente de una cena íntima.