El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) aprobó este jueves iniciar un diálogo con los conservadores de la canciller Angela Merkel para estudiar si les apoya -y cómo- en la formación de un nuevo gobierno, pese a las grietas internas que esta posición ha provocado.

En la primera jornada de su congreso federal, el SPD decidió por "una clara mayoría" en una votación a mano alzada apoyar la moción de la dirección, que abogaba por abrir "conversaciones constructivas y con final abierto" con el bloque conservador.

El presidente de SPD, Martin Schulz, que fue reelegido para el cargo en la misma jornada con amplia mayoría, justificó esta vía posibilista y, en sus palabras, guiada por la "responsabilidad" de Estado y los "contenidos".

Recalcó que establecer contactos no significa que se vaya a reeditar una gran coalición, una opción que rechaza un sector crítico y de la que él mismo renegó tras los malos resultados electorales de septiembre.

"No queremos gobernar a cualquier precio. Pero tampoco debemos no querer gobernar a cualquier precio", argumentó Schulz, quien explicó que su intención es "ver qué contenidos" podría lograr implementar el SPD en la próxima legislatura, y hablar "luego" sobre "la forma de gobierno".

Schulz aseguró que su objetivo es hablar sin ningún "automatismo" que obligue, una vez iniciadas las conversaciones, a reeditar esa gran coalición que divide a sus bases.

Aseguró que el SPD analizará todas las opciones sobre la mesa y apuntó que podría encontrarse una "nueva forma" de sustentar al gobierno, dejando entrever que no necesariamente debe formarse una coalición formal, como es tradicional en Alemania.

"Quizá una cooperación, quizá una tolerancia, quizá una coalición. Dadnos la oportunidad de explorar todas las opciones", indicó Schulz ante los delegados.

Frente a la opción de Schulz, las Juventudes Socialdemócratas (Jusos) presentaron una moción alternativa que pedía excluir la posibilidad de reeditar la gran coalición de la pasada legislatura, alegando que erosionará aún más el perfil del partido, dificultará su renovación y lastrará aún más sus resultados electorales.

"Una nueva gran coalición no puede ser el resultado de estas conversaciones. Conversaciones, sí; gran coalición como hasta ahora, no", zanjó el presidente de las Jusos, Kevin Kühnert, que vio su moción rechazada por mayoría.

Reelección de Schulz

La reelección de Schulz con el 81,9 % (508 votos a favor, 97 en contra, 15 abstenciones y 5 votos nulos) da una idea de las grietas internas en el SPD, que en marzo lo designó presidente con el 100 % de los votos (605 síes y tres papeletas nulas).

"A todos los que han perdido desde marzo la confianza en mí, os digo que voy a hacer todo lo posible por recuperar vuestra confianza", aseguró en un breve discurso tras la votación.

La resolución, además de dar luz verde a la dirección para el diálogo con los conservadores, fija el punto de partida de los socialdemócratas para esas conversaciones.

Sus posiciones clave abarcan desde una política proeuropea hasta la política social en Alemania, pasando por la igualdad de hombres y mujeres, la dependencia, la educación, las pensiones, las inversiones públicas, los refugiados y la inmigración.

Schulz abogó en su discurso ante el congreso por avanzar hacia unos "Estados Unidos de Europa" para 2025 y en la resolución se apuesta por "dar pasos sustanciales" hacia una UE social, al tiempo que se suscribe la propuesta francesa de poner en marcha un presupuesto común para la eurozona y de convertir el fondo de rescate MEDE en una especie de Fondo Monetario Europeo.

La decisión del SPD de prestarse al diálogo es un primer paso en el desbloqueo de la decisión política en Alemania después de que fracasasen las negociaciones entre conservadores, liberales y verdes para formar un tripartito.

No obstante, el camino hasta la formación un nuevo Ejecutivo se prevé aún largo y complejo, ya que, tras una primera fase de contactos, un congreso extraordinario del SPD deberá decidir en enero si se inician negociaciones formales con los conservadores.

Además, cualquier acuerdo de gobierno deberá ser aprobado por las bases del partido en un referendo, como sucedió tras los comicios de 2013.

Con los resultados electorales del 24 de septiembre, sólo eran posibles una coalición de conservadores, liberales y verdes y una nueva gran coalición, pero Schulz descartó desde el principio esta segunda opción al considerar que la debacle del SPD en las urnas era un llamamiento a renovarse en la oposición.

Sin embargo, las negociaciones para un tripartito fracasaron y la presión social y política sobre el SPD creció hasta forzar a Schulz a operar el giro de 180 grados que hoy logró materializar.