Corea del Norte tachó hoy de "acto de guerra" las nuevas sanciones impuestas sobre el país por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y afirmó que seguirá adelante con el desarrollo de sus capacidades armamentísticas de "disuasión y autodefensa nuclear".

Pyongyang reaccionó así a la nueva ronda de medidas punitivas aprobadas el viernes en su contra por el Consejo de Seguridad de la ONU con las que se pretende intensificar aún más el aislamiento del país asiático, secar todas sus vías de financiación y forzarle a sentarse en la mesa de negociaciones.

Las sanciones suponen una "nueva vulneración de la soberanía nacional" y un "acto de guerra que viola la paz y la seguridad en la península coreana y en toda la región", señaló Pyongyang con su habitual dialéctica belicista en un comunicado del portavoz del Ministerio de Exteriores.

Corea del Norte centró sus críticas en Estados Unidos, al que responsabiliza de la situación de tensión sin precedentes que se ha alcanzado a lo largo de este año en la península coreana, y acusó a Washington de "amañar" la nueva resolución de la ONU y de llevar a la práctica "un bloqueo económico total" sobre Pyongyang.

Además, amenazó a los otros países que han votado a favor de la resolución con "pagar un alto precio" por apoyar las medidas impulsadas por Washington, que obtuvieron el respaldo unánime de los otros catorce miembros del Consejo de Seguridad, incluidos China y Rusia.

"Estados Unidos, completamente aterrorizado por nuestro histórico logro de completar la fuerza estatal nuclear, actúa con medidas cada vez más histéricas para imponer las mayores sanciones y presión posibles sobre nuestro país", se indica en el comunicado, recogido por la agencia estatal KCNA.

"Si Estados Unidos desea vivir en paz, debería abandonar su política hostil contra la RPDC (República Popular Democrática de Corea, nombre oficial del país) y aprender a coexistir con un país que tiene armas nucleares", se añade.

La resolución 2397 del Consejo de Seguridad de la ONU limita aún más el acceso norcoreano a productos petroleros, veta sus exportaciones en varios sectores y fuerza a regresar al país a ciudadanos que trabajan fuera.

Las medidas aprobadas el viernes por Naciones Unidas son una respuesta al lanzamiento a finales de noviembre de un misil balístico de largo alcance, un tipo de proyectil que sería capaz de golpear cualquier punto del territorio continental de EEUU.

No obstante, el régimen liderado por Kim Jong-un advierte de que "continuará consolidando sus capacidades nucleares de disuasión y autodefensa, fundamentalmente dirigidas a erradicar las amenazas atómicas de EEUU y sus chantajes y movimientos hostiles, estableciendo así un equilibrio de fuerzas".

Corea del Norte insiste en su derecho a contar con armamento nuclear, lo que desde su óptica supone "el único camino" para frustrar "los intentos de lograr la hegemonía mundial" de Washington y de "imponer su política de América Primero".

La resolución 2397 endurece de forma importante las amplias medidas que ya están en vigor contra Pyongyang, en un intento por dificultar a Corea del Norte la financiación de sus programas armamentísticos y forzarle a negociar.

Según EEUU, las nuevas sanciones supondrán un recorte del un 89 % el acceso del régimen a gasolina, diesel y otros derivados del petróleo, un bloqueo aún mayor en caso de nuevos ensayos con misiles balísticos intercontinentales.

En la víspera, Seúl dio la bienvenida a la resolución y afirmó que Pyongyang el país vecino está abocado a "poner fin a sus provocaciones temerarias" y a aceptar "el camino del diálogo" propuesto por el Ejecutivo surcoreano y la comunidad internacional.

Pero está por ver si esta enésima ronda de medidas punitivas surte algún efecto real a la hora de cambiar el rumbo del régimen norcoreano, que ha respondido a anteriores paquetes de sanciones con nuevas pruebas armamentísticas.