Gerard Canals fue al primer viaje de lo que hoy es Proactiva Open Arms. Es una organización sin ánimo de lucro creada, según su cuenta de Twitter Oficial (@openarms_fund), «para realizar tareas de salvamento y socorrismo a refugiados en las costas griegas y el Mediterráneo Central».

El pasado sábado convocaron una manifestación a favor de las asociaciones y los derechos humanos en Barcelona. Antes de que finalizara la concentración, Gerard Canals contestó como coordinador de operaciones de Proactiva Open Arms.

El proyecto surge el verano de 2015, cuando salen a la luz fotos como la de Aylan Kurdi, el niño sirio muerto en la playa. Canals narra que tenían una empresa de socorrismo y Óscar Camps (fundador de la ONG) reunió a su hermano, a Nicolás Migueiz y a él para explicarles que había estado en Grecia durante el verano. Al día siguiente cogieron un avión. «Lo que vimos en Grecia era muy dramático: barcos llegando, gente cayendo al agua€ Decidimos que sí, que teníamos que hacer alguna cosa».

Gerard Canals estuvo ocho meses en Grecia y montó desde la nada, dice, «un operativo de tres barcas, dos motos de agua y veintiuna personas coordinadas con un equipo de tierra. Ese es mi trabajo, montar equipos de salvamento». Cuenta que se embarcó en otros proyectos como rescatista y organizador, como en el Astral, un velero de lujo convertido en barco para los refugiados. «Hacemos de todo», confiesa.

Necesitan voluntarios para hacer difusión, por ejemplo, pero su voluntariado de campo es «muy técnico», recuerda Canals. Son socorristas, médicos, patrones. Por otra parte, se financian gracias a campañas y particulares. Otro tipo de apoyo es el que han experimentado en la manifestación. Están «orgullosos». Llueve y se hacinan con los paraguas y los chubasqueros. Comenta que, «últimamente, aquí el tema político tapa casi todo».

Proactiva Open Arms está siendo investigada por la Fiscalía italiana por un posible delito de «promoción de la inmigración ilegal». «Nos manifestamos porque ahora nos ha tocado a nosotros». Y desvela la que considera la causa fundamental: «Hace tiempo que se criminaliza a las organizaciones que hacen rescate».

Gerard Canals denuncia que hace un año y medio había doce barcos de salvamento. Hoy en día solo queda uno. «Eso, evidentemente, no es gratuito. Eso deriva de las políticas europeas». E insiste. Casi no quedan recursos de salvamento.