Efe, Bruselas

Una ficción televisiva que cortó la noche del miércoles la programación y simuló la independencia de la región belga de Flandes atemorizó a la audiencia y desencadenó una avalancha de reacciones, en un acontecimiento que el primer ministro, Guy Verhofstadt, calificó de «mal gusto» e «irresponsable».

El programa, emitido por la cadena pública francófona RTBF, imitó la célebre transmisión de La Guerra de los Mundos de Orson Welles improvisando falsas conexiones en directo con el Parlamento flamenco en Bruselas y con el Palacio Real, desde donde supuestamente el rey Alberto II viajó a África junto a la familia real para aguardar la evolución de los acontecimientos.

La emisión combinó dos cuestiones fuente de polémicas: por una parte un falso especial informativo con periodistas auténticos de la cadena y políticos emitiendo reacciones, y por otro el nacionalismo flamenco y las relaciones con la región francófona de Valonia.

Avalancha de llamadas y SMS

Tras la avalancha de llamadas y mensajes de texto por móvil (SMS) de los espectadores, que bloquearon la centralita de la cadena de televisión y su sitio web, las reacciones políticas empezaron a sucederse.

El primer ministro Verhofstadt, liberal flamenco, calificó la iniciativa televisiva como «una muy mala emulación de Orson Welles, de muy mal gusto».

La ministra francófona del Audiovisual, Fadila Laanan, llamó a consultas al administrador general de la RTBF, Jean-Paul Philippot tras poner en cuestión «la deontología de los periodistas que participaron en la emisión», según la agencia Belga.

Philippot defendió ayer el programa, en unas declaraciones en la radio de la RTBF, y afirmó que estuvo «dentro de los límites de la deontología» profesional.

El presidente de la región de Valonia (sur de Bélgica) y líder de los socialistas, Elio Di Rupo, calificó la emisión como una iniciativa «que sumió a los ciudadanos en un temor increíble».

Frente a esas opiniones, el líder de los ultraderechistas flamencos del Vlaams Belang, el independentista Filip Dewinter, afirmó que «gracias al reportaje a partir de ahora podemos hablar libremente de la independencia de Flandes y de Valonia».

Dewinter, que acordó participar en la emisión y mantener el secreto, afirmó que gracias a ella los políticos «son desde ahora conscientes de que la independencia de Flandes no es una utopía romántica o una quimera, sino un escenario realista si Valonia no está dispuesta a consentir ciertas exigencias flamencas esenciales».

Mientras, el ministro de Defensa, André Flahaut, calificó los hechos de «intolerables, inaceptables y escandalosos».

Para dar veracidad al programa, éste comenzó a las 20.15 horas cortando en directo un informativo, y solo al cabo de casi media hora comenzaron a aparecer cintillos que indicaban: «Esto es una ficción».

Independentistas catalanes

Además, aparecieron imágenes del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, supuestamente estudiando las implicaciones que la división de Bélgica podría tener para las instituciones de la UE con sede en Bruselas.

El reportaje falso incluía, con objeto de ofrecer mayor realismo, imágenes de independentistas catalanes mostrando su alegría por la decisión en el Parlamento Europeo. En cambio, otros elementos incluidos -como que se había paralizado el transporte público en la frontera entre Bruselas y Flandes, o que se exigía el pasaporte para cruzar los límites- eran ya más rocambolescos.